Miré mi celular por enésima vez, esto de esperar era demasiado frustrante, quería entrar para asegurarme de que Alexa estuviera bien pero Sophie me había pedido que no lo hiciera porque podía ser una trampa. ¿Pero ella en serio esperaba que yo estuviera esperando todas esas horas aquí afuera? Porque, ellos tendrían que recorrer el mismo camino que yo había hecho y por más rápido que vinieran tendrían aseguradas unas tres horas. Y sin embargo sabía que Sophie tenía sus razones para arriesgar la vida de su hija, ella quería asegurarse de que yo estuviera a salvo porque no quería que otra madre tuviera que pasar lo que ella.
Al final me decidí por hacerle caso y fui a buscar mi vehículo para dejarlo aún más cerca del faro, estuve dentro de éste más tiempo del que quería esperando a que todos llegaran. Estaba realmente cansado pero no podía dormir ahora, simplemente por más que quisiera hacerlo no podría sabiendo que tenía a Alexa tan cerca. Y luego de una espera insufrible me llegó al celular un mensaje de Sophie avisándome que ya estaban muy cerca. Inmediatamente me acerqué el trecho que me quedaba al faro, ellos estaban cerca, ya nada podría suceder. Me disculparía con Sophie más tarde, pero podía seguir esperando.
Forcé la puerta para entrar, aunque en verdad no era necesaria demasiada fuerza para romper el metal corroído. Frente a mí, a solo unos metros me encontré con una Alexa con un cuerpo ligeramente más ganado de peso pero con una mirada perdida que me quitó el aliento, porque aunque antes no había estado bien ella siempre había tenido un brillo especial en su mirada que ahora no existía. A mi lado había un cuchillo clavado en suelo, me agaché para tomarlo y me acerqué a Alexa sin dudarlo un segundo.
Llegué a su lado desesperado, me agaché frente a ella y ansioso, aunque también teniendo cuidado, corté el precinto que la ataba a aquel caño con apariencia de ser lo único sano de la construcción. Pero por más que su muñeca cayó al suelo dejándola libre ella no se movió, parecía que ni siquiera notaba mi presencia ahí. Tomé sus muñecas llenas de cicatrices entre mis manos y la miré fijo sabiendo que sus ojos estaban clavados pero perdidos mirando en dirección hacia una de las paredes.
–Alexa... –dije hablándole bajo para no alterarla pero lo suficientemente alto como para que me escuchara– Por favor mírame, estoy aquí a tu lado, necesito saber que me estas escuchando –ella lentamente volteó su cabeza hasta que sus ojos se fijaron en mi rostro, pero el brillo seguía sin aparecer.
– ¿Daniel? –Sinceramente no podía evitar sonreír, pero apenas segundos después mi sonrisa desapareció cuando sentí cómo algo me atravesaba el hombro causándome un intenso y agudo dolor que me obligó a caer encima de Alexa, mientras que de ella salía un grito ahogado. De repente sentí un insoportable pitido agudo atravesando mis oídos mientras que mi cabeza daba vueltas...
Luego de caer encima de mí, el rostro de Daniel fue reemplazado por una silueta que se asomaba por la puerta abierta, la cual poco a poco fue tomando forma hasta que se convirtió en Susan sosteniendo una pistola. Su rostro tenía una expresión de burla mientras que se acercaba a nosotros, yo estaba inmóvil, apenas si sentía mi cuerpo y lo único que podía hacer era mirar como ella se acercaba. Pero entonces entendí que no me miraba a mí, si no a Daniel, instintivamente hice lo posible por cubrirlo con mi menudo cuerpo para evitar que volviera a lastimarlo. No sirvió de mucho porque ella con un simple empujón me alejó de él, para después patear a Daniel y así lograr que él se volteara de manera que quedara pecho arriba, mirándola.
–Creíste que no había notado que un auto nos seguía ¿no es así? –ella rió secamente– si solo supieras que yo siempre estoy al pendiente de todo... En seguida logré adivinar que la persona que conducía eras tú, pero para asegurarme tenía que fingir que me marchaba y ver si el auto se detenía –ella suspiró divertida, lo cual solamente logró darme nauseas– Solo un joven es tan iluso como para no desconfiar, y creo que le haría un favor al mundo si hiciera desaparecer a uno de todos estos tipos de jóvenes.
Susan apuntó con su arma sobre la cabeza de Daniel, no podía quedarme observando como si nada ocurriera, saqué las únicas fuerzas que me quedaban y corrí nuevamente hacia Daniel para cubrir su cuerpo. Apenas unos segundos después sentí como un metal extremadamente frío y caliente a la vez atravesaba un extremo de mi cintura, chillé del dolor pero suspiré de alivio al asegurar que esa bala no había alcanzado a Daniel. Lo siguiente fue como una de esas tantas escenas a las que extrañamente me había acostumbrado, todo comenzó a pasar demasiado rápido, apenas si podía descifrar lo que ocurría a mí alrededor. Las palabras que llegaron en ese momento a mis oídos solo cobraron sentido tiempo después, en un único momento de relajación; más ahora mismo podía ver y entender con claridad que la nueva persona en el umbral de la puerta era Andrew, apuntando con una pistola a Susan...
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De una manera u otra
Teen FictionEsta es la historia de Alexa, una chica a la que le ha tocado una vida difícil y por lo tanto cree que debe estar sola, para no herir a nadie. Pero con el tiempo descubrirá que uno no elige cuando enamorarse, y que el amor es para todos, que nadie e...