–Claro, y yo soy el conejo de Pascuas. Si de verdad te arrepientes de lo que estás haciendo entonces por lo menos podrías decirme la verdad.
–Alexa, esa es la verdad. Brent y Sophie no han muerto, eras muy pequeña cuando Susan te raptó y ellos nunca siquiera pensaron en que quien había hecho desaparecer a su hija fue ella. Nunca han dejado de buscarte, ambos son personas increíbles pero ésta mujer tiene serios problemas mentales y en todo este tiempo he hecho lo posible por impedir que ella les hiciera daño a ti o a tu madre. Y estaba por alejarte de ella cuando Daniel comenzó a investigar sobre ti y sobre Susan, ella se enteró y por eso hizo éste viaje…
–Espera –dije interrumpiéndolo– ¿Qué tiene que ver Daniel con todo esto? Es decir, sí, el me llamo pero…
–Mira, para empezar deberías saber que el padre de Daniel trabaja en el FBI y su madre es policía, así que él toda su vida ha estado al tanto de cada caso extraño. Tu caso no era realmente muy diferente a tantos otros de niños perdidos o secuestrados, pero el hecho de que tu madre fuera una escritora muy famosa y reconocida hacía que el tuyo fuera uno especial…
– ¿Que mi madre qué?
– ¿Te suena el nombre Sophie Abbott?
–Claro que sí, sus libros son fantásticos ¿cómo no podría…? Espera, ¿estás diciendo que ella es mi madre? –Él simplemente asintió con la cabeza, como si lo que me acababa de decir no fuera prácticamente imposible– La foto que pasaron en el avión de ella con su esposa y una niña… ¿esa soy yo? –él volvió a asentir observando mi reacción, yo no podía hablar… esto era imposible…
–Bien, como te iba diciendo, Daniel tiene muy buena memoria y en cuanto vio a Susan debió haberle parecido conocida. Empezó a revolver en viejos casos sin resolver hasta que encontró la foto de ella en el tuyo, pero ella no era una sospechosa, de hecho lo único que ponía de ella era “mujer poco estable, incapaz de hacer demasiado por sí sola. Amiga de la madre, Sophie Abbott”. No puedo creer que se creyeran su actuación y que ni siquiera investigaran su hogar… En fin, Susan le descubrió investigando de ella en la computadora de datos de la biblioteca, y sabía que no necesitaría de mucho más tiempo para tener las suficientes pruebas como para culparla. Así que utilizo éste viaje para alejarte de él y así poder seguir con lo planificado…
–Es que… esto no tiene sentido…
–No, tiene muchísimo sentido, y lo sabes. Entiendo que sea difícil para ti creerlo, no es sencillo creer que has pasado toda tu vida engañada, pero sabes que ésta es la única explicación por la cual “tu tía” te haría algo así –la puerta se abrió de golpe asustándonos a ambos, en la puerta estaba Susan mirando retadoramente a Andrew– ¿qué haces aquí?
–Quiero hablar con ella.
–No.
– ¡No vas a decirme que hacer! ¡Sal de aquí, quiero hablar con ella! – sabia que él estaba por negarse nuevamente, así que le tomé del brazo haciéndolo voltear para que me mirara.
–Está bien, Andrew, ve.
–Pero…
– ¡Mierda, vete! –hacía mucho tiempo que no escuchaba esa voz en Susan, ella gritaba furiosa. La última vez que la había visto así yo era apenas una niña.
–Bien –él le contesto cortante y salió de la habitación caminando considerablemente lento, sabía que lo hacía solo para molestarla y eso me hacía reír internamente. Susan cerró la puerta para caminar hacia mí y mirarme desde arriba, sintiéndose superior.
–Parece que han estado hablando un rato largo, ¿acaso ya son amigos? –ella pareció esperar una respuesta que no le di– ¿qué te dijo? –silencio nuevamente, sabía que tendría que contestarle porque si no se pondría seriamente furiosa, pero no quería darle el gusto– contéstame… ¡que me contestes maldita perra! –ella se agachó lo suficiente para golpearme en la mejilla con tal fuerza que quede mirando para el costado, esforzándome por no llorar.
– ¿Por qué haces esto? ¿Qué te he hecho yo, qué te han hecho mis padres para que me trates así? ¡¿Por qué mejor no me contestas eso?! –no iba, nuevamente, a darle el gusto de que me viera sentir el dolor de su golpe. Estaba cansada de quedarme callada escuchando sus insultos, era momento de enfrentarla. Cuando la mire noté por un segundo su rostro desconcertado por mis gritos repentinos, pero en seguida éste volvió a fruncirse en rabia.
– ¡Fue la puta de tu madre! Esa zorra me quitó al hombre que amaba, éramos las mejores amigas en la secundaria hasta que llego Brent –me resultó impresionante cómo su voz se volvió más tranquila hablando de él– Él era muy bueno conmigo, yo lo amaba y sabía que él me amaba a mí, incluso habíamos empezado a salir. Hasta que Sophie se entrometió, ella lo besó en una fiesta y me lo robó, él era mío y solo mío, pero ella no quería aceptar que yo era mejor y más hermosa que ella. Me sentí traicionada, estaba destrozada por lo que me había hecho y desde ese me prometí vengarme quitándole algo que ella ame más que a su propia vida –ella por primera vez se arrodilló quedando a mi altura, pero su gesto era de burla así que seguía creyéndose mejor que cualquiera– Sabes, ellos me invitaron a la fiesta de su boda, fui solamente para poder ver a Brent pero casualmente me encontré con la madre de Sophie. Hablamos y ella me contó que luego de tu nacimiento tuvo algunos problemas que la hicieron infértil, y entonces fue que se me ocurrió. Ella no podría tener más hijos, tú eras y serías la única, así que era obvio que su pequeña hija era la única que me ayudaría a hacerla sufrir tanto como ella hizo conmigo. Por fin todo estaba a mi favor.
–Mierda, tú sí que estás loca. ¿No has pensado acaso en que Brent puede estar sufriendo con esto que estás haciendo?
–A veces hay que hacer pequeños sacrificios para lograr nuestras metas, luego de esto estoy segura que él la culpará a Sophie y entonces vendrá a mis brazos. Estaremos juntos otra vez.
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De una manera u otra
Ficção AdolescenteEsta es la historia de Alexa, una chica a la que le ha tocado una vida difícil y por lo tanto cree que debe estar sola, para no herir a nadie. Pero con el tiempo descubrirá que uno no elige cuando enamorarse, y que el amor es para todos, que nadie e...