Me desperté con el molesto ruido del despertador, estaba agotada por mi corto sueño. Casi toda la noche la había utilizado para elegir que llevarme conmigo y que no era tan necesario que podía dejarlo aquí con el riesgo de que Susan lo tirara. Me asustaba la idea de quedarme sola, pero a la vez me sentía satisfecha ya que al menos no le haría más mal a mi tía, lo único humano que me quedaba más cercano a mi madre. La verdad es que deseaba lo mismo que ella, que llegara el momento en que me muriera. Pero era demasiado cobarde como para acabar con todo de una vez.
Al final lo único que guarde fueron algunas mudas de ropa, dinero que con los años le había ido quitando a mi tía por alguna "emergencia" que ocurriera, mi celular y por supuesto no podía faltar mi libro. Todo lo guarde en mi mochila y deje fuera mis carpetas, no las necesitaba. Es decir, iría al colegio hoy para tener más tiempo de pensar a donde iría a vivir, pero probablemente luego tendría que dejarlo. Viviendo sola, el dinero que tenía se me terminaría pronto y tendría que conseguir un trabajo...
Luego de hacer mi rutina habitual, me puse encima más ropa de lo común para dejar menos cosas en esta casa. Susan no se había aparecido en todo ese rato, aparentemente me evitaba y no la culpaba de hacerlo. Es decir, luego de todo lo que hizo por mi yo le pague pegándole y lastimándola. Soy una mierda de persona, desearía no haber nacido.
Con esos pensamientos me dirigí al colegio, caminando más lento de lo normal. Sentía mi cuerpo más pesado, y eso solo pasaba cuando recordaba la mierda de existencia que soy. Tengo la necesidad de vomitar... ¡Mierda! Y ahora tendría que afrontarme con Daniel que me preguntaría que había pasado ayer luego de que él se fuera. No estaba de humor para aguantarlo, y él tampoco se merecía que lo tratara mal. Daniel es demasiado bueno para mí, no se merece estar en compañía de personas como yo. De gente que solo hace sufrir a los que quiere.
Y de hecho, ni bien llegue al colegio lo vi a él en la entrada. Me vio cuando estaba a media cuadra de distancia, decidí que la mejor opción era evitarlo. Si no tuviera esa bonita sonrisa que tenia él ahora, sería más fácil cumplir con mi cometido. Estaba a unos pasos de él, suspire, agache la mirada y pase por su lado caminando más rápido. Escuche que me llamo un par de veces y luego, antes de llegar al salón, me tomo de la muñeca y me obligo a voltearme.
–Alexa, ¿Por qué me evitas ahora? Si es porque ayer hable de más perdóname...
Rompí mi promesa de no hablarle más rápido de lo que creía, y le interrumpí.
–No es por eso...
Me solté de su agarre y entre al salón, deje la mochila sobre la silla de Daniel y me senté sobre la mía. Una mensaje claro de que no quería que se sentara a mi lado. Él también entro al salón, se puso frente a nuestra mesa y apoyo ambas manos con fuerza en esta. No dijo nada por un rato, no lo estaba mirando, pero podía sentir su mirada sobre mí. No lo aguante mas y lo mire, él se me quedo mirando a los ojos y luego suspiro relajando un poco sus músculos.
– ¿Qué es lo que sucedió ayer?
– ¿A qué te refieres? –evadí su pregunta tontamente. Tenía que buscar otra manera de que él no me preguntara sobre aquello, porque si no llegaríamos a la parte en que Susan me echo de casa y de que ahora estoy en la calle. No quería que él se compadeciera de mí, ni que me tratara como a un perro abandonado.
–Sabes muy bien a que me refiero Alexa. Algo paso, porque ayer todo estaba bien entre nosotros y hoy lo primero que haces es pasar por mi lado como si yo no existiese.
–Mi vida no es de tu incumbencia.
Él suspiro frustrado, paso una mano por su cabello mientras cerraba los ojos y luego me volvió a mirar.
– ¿Cuántas veces voy a tener que decir que me importas, como para que te des cuenta que si me interesa lo que sucede en tu vida? Y no me interesa de manera acosadora, me interesa como un amigo lo hace de otro.
Me reí, ¿Cómo era él capaz de decir cosas tan tontas en momentos "serios"?. Él me miro alzando la ceja.
– ¿Ahora resulta que te parezco divertido? –lo mire con una inevitable sonrisa en mi rostro y asentí con la cabeza– Ya en serio, ¿puedes decirme qué es lo que paso?
Me hubiera negado... pero, ay dios, sus ojos tenían ese brillo de esperanza. No pude volver a evitar su pregunta, él estaba logrando lo que nadie pudo nunca, derribar mis muros y lograr que me encariñe de él.
–Esta bien, tu ganas –el sonrió victorioso, saque mi mochila de su asiento y el ocupo el lugar– En fin, ayer pasaron varias cosas, no tiene mucha importancia... Pero mi tía me echo de la casa...así que ahora estoy en la calle...
–No pudo haberte echado... –lo mire como diciéndole "si, si que puede". Sus ojos se abrieron de par en par– ¿En serio hizo eso? –Asentí con la cabeza– ¿Y no tienes ningún familiar cerca que te deje estar en casa?
–Susan es mi única familia, no tengo abuelos, ni otros tíos, nada...
–Bueno, si no tienes inconvenientes, podrías quedarte en mi casa. Vivo solo así que no hay problemas con respecto al tiempo que tengas que quedarte.
Tenía dos opciones, quedarme en la calle o vivir temporalmente en la casa de Daniel. La opción se me hizo más que obvia, por más que quisiera alejarme de él para no hacerle daño, prefería arriesgarme un poco a tener que pasar la noche en la calle. Así que asentí, y el sonrió.
–Bien, entonces luego del colegio iremos directo a mi casa para que te acomodes.
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De una manera u otra
Novela JuvenilEsta es la historia de Alexa, una chica a la que le ha tocado una vida difícil y por lo tanto cree que debe estar sola, para no herir a nadie. Pero con el tiempo descubrirá que uno no elige cuando enamorarse, y que el amor es para todos, que nadie e...