No fue hasta después de que Daniel saliera de mi habitación temporánea que note que frente a la cama había un gran televisor. Encontré el control remoto en uno de los cajones de la mesita de al lado de la cama, intente encender el televisor con este pero no funciono. Al volver a abrir el cajón encontré un par de pilas del tamaño ideal que necesita el control para funcionar, las coloque y en este intento por encender la televisión, si funciono.
No había nada muy interesante y tampoco es que prestara mucha atención, pasaba canal por canal como una ráfaga, apenas si vislumbrando lo que aparecía. Pero entonces una imagen me llamo la atención, luego de devolverme unos canales atrás encontré lo que había visto. Era una competencia, o algo por el estilo, de modelos. Mujeres altas, muy hermosas y muy flacas; los hombres del publico las observaban embelesados. ¿Y cómo no estar embobados con ellas? Mi estomago se revolvió, ¿Qué tenía que hacer para lograr verme como ellas? Con sus delgados y perfectos cuerpos. Mi garganta comenzó a tener un gusto acido y una arcada cruzo por esta, me forcé a tragármelo y aguantar lo suficiente como para llegar al baño…
Escuche que golpeaban la puerta de la habitación, yo estaba acostada en mi cama de espaldas a la puerta. No tenía ánimos para levantarme así que me hice la dormida. Escuche como abrían y cerraban la puerta, y luego sentí como el colchón se hundía levemente ante el peso del cuerpo de alguien más. Daniel se sentó a mi lado, y luego sentí sus caricias en mi cabello, él era tan dulce.
–Tuviste un día largo, supongo que será mejor dejarte descansar y no molestarte para que vengas a comer.
Él se levanto, y cuando creía que se estaba yendo, sentí sus labios sobre mi mejilla. Supongo que Daniel no lo noto, pero mis mejillas se volvieron rojas al instante. ¿Cómo puede ser real este chico? Es decir, es tan bueno, inteligente, divertido, tierno y SEXY. Está bien, también es bastante molesto y pesado, e incluso demasiado optimista y algo infantil e inmaduro, pero todos los hombres son así ¿no? Agh, no lo sé, no conozco mucho a las personas.
Él al final se termino yendo y yo no dormí nada, nunca dormía siesta. Eran alrededor de las 5 de la tarde cuando me decidí a salir de mi habitación y bajar las escaleras. Me encontré a Daniel en su sala de juegos, con otro de sus juegos de disparos. Estaba muy concentrado en la pantalla por lo que cuando toque su hombro pego un salto que casi toca el techo, okey no para tanto, pero no pude parar de reír. Me tire al suelo, sosteniéndome el estomago ya que este me dolía de tanto reír.
– ¿Quieres matarme del susto?
–Te devolví el favor, la otra vez casi muero por tu culpa y tenía que vengarme de alguna manera.
Él negó con la cabeza, divertido.
–Bueno, ya que te decidiste a bajar ¿Qué te parece si merendamos y luego nos ponemos a terminar nuestras tareas del colegio?
– ¿Qué tareas?
–Una es la de Biología, que por cierto hay que entregar mañana. Luego hay algunos ejercicios de matemática que son para el próximo Lunes. ¿Lo habías olvidado?
Asentí con la cabeza, sintiendo una leve culpa por ser así de distraída. Aunque nunca le prestaba atención a eso, ya que nunca hacia la tarea, pero no lo sé, de repente al estar con Daniel me sentía responsable de hacer todas esas estúpidas tareas.
–Bueno, vamos. ¿Qué quieres comer? –él se levanto y apago la televisión, comenzó a caminar hacia la cocina. Tenía que admitirlo, el estomago me rugía por el hambre, pero no, si quería lograr verme atractiva como aquellas modelos del reality show, tendría que tomar hacer algunos sacrificios.
–De hecho –dije mientras lo seguía– No tengo hambre, te acompañare mientras tu comes y luego hacemos lo que tenemos que hacer. O si no mientras voy buscando mis carpetas.
–No puedes no tener hambre, no comiste nada desde el desayuno, si es que desayunaste. Y no te desperté para almorzar porque parecías estar cansada, así que te has perdido una de las comidas más importantes del día. Tendrías que comer.
–Daniel, no me voy a morir porque en un día no coma durante unas horas.
–Supongo que no, pero…
–Pero nada –le interrumpí– ve merendando, voy a buscar mi mochila con todas mis cosas.
Lo deje solo en la cocina y subí corriendo las escaleras.
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De una manera u otra
Ficção AdolescenteEsta es la historia de Alexa, una chica a la que le ha tocado una vida difícil y por lo tanto cree que debe estar sola, para no herir a nadie. Pero con el tiempo descubrirá que uno no elige cuando enamorarse, y que el amor es para todos, que nadie e...