Francesca es la donna que lleva la décima generación Vongola junto a su marido Giotto. Aunque ocupa ese cargo, prefiere quedarse en la superficie viviendo una vida normal alejada de la mafia.
Pero cuando su adicción al trabajo termine por pasarle l...
La hermosa rubia recién graduada de medicina miraba emocionada por la ventanilla del lujoso auto en el que se encontraba.
Estaba dichosa de volver a Italia, reencontrarse con la familia y finalmente cumplir el sueño por el que había trabajado tantos años.
Nueve años estudiando en Estados Unidos, tan lejos de su vida, tan lejos de sus amigos, tan lejos del ser del que se había enamorado completamente.
Tenía 6 años cuando le presentaron al pequeño próximo jefe de Vongola. Y ella se había portado tremendamente nerviosa al sentir como maripositas llenaban su pequeño estómago.
Ella solía ser una chica débil, enfermiza, escuálida, caprichosa y mimada (nótese, aún lo era). Pero él no la había mirado con malos ojos, él era bueno, él era maravilloso.
"Papá, quiero casarme con Giotto" fueron sus palabras. Su padre la observó con orgullo, era la mejor elección que con tan pocos años de vida habría podido hacer.
Tenía llamas, llamas de la tormenta, demasiado débiles para una próxima jefa de una familia, fusionar su familia con un cielo tan puro y poderoso como Giotto Sawada era lo ideal.
Una maquiavélica idea como esa fue lo primero que su padre pensó, pero a ella no le importaba, ni las alianzas ni el poder de la mafia, estaba completamente embobaba por el jovencito un par de años mayor que ella.
Y así con la indiferencia de Giotto y la aceptación de Timoteo para mantener las relaciones de las familias intactas, el pacto se concretó.
Siempre vio poco a Giotto debido a que él no vivía en Italia, pero esto fue en incremento al hacerse mayor, pues el muchacho comenzó su entrenamiento con uno de los arcobalenos, el del sol, Reborn. De quien se decía que de los tutores era el más temible.
De hecho, un día pudo ver a Giotto trotando por toda la mansión Vongola, y tuvo un desagradable desencuentro con el hitman. Reborn en ese momento la miró con desdén y le dijo que no era digna de una jefa de la mafia, no era digna de una donna.
Cuando lo cuestionó sumamente enojada por la osadía de que alguien la desafiara, Reborn le hizo ver que no se esforzaba por nada, no era especial y no trabajaba para conseguir nada.
"El que no tiene talento usa el ingenio, pero tu ni siquiera eso", fueron las duras palabras del Hitman.
Reborn nunca fue conocido por ser alguien con tacto, pero si es conocido por ser honesto, sus opiniones son duras, pero fundadas. Y así ella se dio cuenta que si no era naturalmente especial como Giotto, al menos trabajaría para serlo.
"Medicina es la carrera más difícil" fue la respuesta de su padre ante su pregunta después de ver a Reborn, y así ella decidió que estudiaría eso, en la universidad que fuera considerada más difícil y se ganaría algo por ella misma.
Le costó, reprobó varios cursos, pues no era muy aplicada, pero cuando llegaba a su casa y veía la fotografía última fotografía que había conseguido del rubio, que en ella lucía de solo 15 años, se daba ánimos para seguir adelante.
"No está bien que hagas esto por un hombre", le decían sus amigas. Pero ellas no sabían nada, si conocieran a aquel muchacho no dirían lo mismo.
Cuando hubo llegado a su casa fue recibida por su padre con su frialdad usual. No le daba importancia en todo caso, todo ese cariño lo buscaría en alguien más.
-¿Mandaste a llamar a los Vongola? Muero por ver a Giotto- dijo la chica mientras bebía su refresco en la oficina de su papá.
-Deberían estar por llegar- dijo el jefe de la familia y como si lo hubiese invocado, la mano derecha de éste apareció por la puerta.
-¡Señor Álvaro! ¡Señorita Maya!- exclamó el hombre al entrar al lugar y arrodillarse ante sus jefes.
-¿Gi... Giotto?- preguntó la chica abrumada, no era como se esperaba que madurara el rubio.
-No...- susurró el hombre arrodillado.
-Ay que alivio- dijo la chica con un suspiro.
-Espero que vengas con el joven Vongola, Mario- dijo Álvaro con el ceño fruncido al notar que no entraba nadie más a la oficina.
-Tengo malas noticias señor- dijo Mario tragando saliva, el mensajero de malas noticias siempre era quien peor lo pasaba en su familia- El joven Vongola... está casado.
Un vaso cayó al piso quebrándose, los ojos de Maya se llenaron de lágrimas sin creer lo que estaba escuchando.
Todo el esfuerzo que había hecho esos años le cruzó por la mente, como si el momento de su inminente muerte se acercara.
Y solo pudo formular una pregunta mientras sentía la furia invadirla completamente.
-¡¿CON QUIÉN?!
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PD: Algo así sería Maya, la imagen no es mía, créditos a su respectivo creador.
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Nota final: Hola todo mundo! Y pues, con este capítulo termino de revelar la trama principal del fic <3
Disfruten de este capítulo!
*Pregunta: ¿Qué acciones tomará Maya a partir de ahora?*