Capítulo 59: El Luto Parte 1

81 4 8
                                    

Fran caminaba a toda velocidad por la calle mientras seguía la ruta indicada por su teléfono. Había buscado en google maps algún hotel donde dejar salir toda su ira y pena, ¿y pasar la noche? ¿Y seguir viviendo allí? No, no quería pensar en eso, ni en el futuro ni en nada. Solo quería escapar lo más lejos posible.

Iba a cruzar la calle cuando una mano la sostuvo del brazo con fuerza y sintió a un auto pitar fuertemente contra ella, dándose cuenta que estuvo apunto de cruzar en rojo.

—Wow, cuidado.

—¿Colonello? —preguntó Fran girando la mirada hacia él—. ¿Qué haces aquí?

--------------------------------------------------------------------------

—Bien, ¿quién se encargará de vigilar a Fran por cualquier cosa? —preguntó Reborn serio.

—Pensé que serías el primero en ofrecerte —dijo Verde divertido.

Reborn no respondió.

—¿Fon, querido? ¿Lo harías tú? —preguntó Aria—. Lo haría yo, pero tengo que volver a Italia.

Fon movió los hombros ligeramente incómodo, hizo una respiración profunda y se relajó.

—Si el joven Vongola hará lo que creo que hará, a la última persona que Kika querrá ver es a mí.

—Ella no puede odiarte, Fon —dijo Mammon con fastidio.

—Créanme, por favor —pidió el chino.

—Bien, entonces lo haré yo —dijo Colonello sin más—. No será muy difícil.

--------------------------------------------------------------------------

—Vine a visitarte como prometí —mintió Colonello con una sonrisa inocente.

Fran suspiró a modo de respuesta.

—No es un buen momento.

—¿Te puedo acompañar a dónde sea que vayas? —preguntó Colonello y continuó después de echarle un vistazo a su maleta—. Prometo que no haré preguntas.

Fran se mordió la lengua para aguantarse las lágrimas, no esperaba ver a alguien conocido tan pronto.

—Está bien —respondió simplemente.

En el hotel Fran pidió dos habitaciones marcando una línea muy clara para Colonello, sin embargo, él la acompañó primero hasta su habitación. Ella estaba sacando algunas cosas de la maleta cuando se giró hacia él.

—¿Podrías ir por algo de comer? ¿Pollo frito o algo?

Colonello entendió el mensaje: "déjame sola, por favor". Por lo que simplemente asintió y salió de la habitación cerrando la puerta tras de sí, pero no fue a ningún lado, sino que se sentó tranquilamente fuera de la puerta asegurándose de que nadie entraría a hacerle daño.

Aunque eso no impedía que no se enterara de lo que pasaba.

Lo que inició como unos leves sollozos prontamente se convirtieron en gritos desesperados.

Colonello cerró los ojos con fuerza, no era nada fácil escuchar a quien amas sufrir de esa manera.

Si no supiera que esa puerta era la única manera de entrar, pensaría que alguien estaba matando a Fran adentro.

Bueno, el Vongola había matado su corazón.

--------------------------------------------------------------------------

Cuando Tsuna se despertó, fue a la habitación de su hermano para hablar con él y saber lo que había pasado, pero antes de que tocara la puerta la voz de su madre lo interrumpió.

Pacta Sunt ServandaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora