Capítulo 30: Mafia-Land Parte 2

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-¡Suéltame!- exclamó Fran molesta quitándose los brazos de Reborn de encima -¿Quién demonios te crees?

-Responde- le espetó Reborn.

-Giotto jamás me preguntaría algo así.

-Y por eso él es tu marido y yo no, ¿verdad?

-Exacto.

Reborn tensó la mandíbula, sabía que era una estupidez enfadarse por esas palabras, después de todo él la había provocado para que dijera eso.

-¿Algo más?- preguntó Fran tosca.

-Fran.

-¡¿Qué?!

-Yo...

-¿Kika?- ambos voltearon encontrándose con Colonello en el pasillo -¿Pasa algo? Creí escucharte gritar.

-No- respondió volviendo a mirar a Reborn -No pasa nada entre nosotros, ¿verdad, Reborn?

-Sí- respondió Reborn con los dientes apretados -No hay nada entre nosotros. Nunca.

Dicho esto Reborn caminó por el pasillo para encaminarse a la salida del restaurante. Fran, por su parte, se cruzó de brazos ante la mirada preocupada de Colonello.

-¿Estás bien, Kora?

-Quiero irme al hotel- respondió Fran como si fuera una niña pequeña, a lo que Colonello sonrió y le dio un par de palmaditas en el cabello a la chica.

De vuelta del baño, Fran les dijo a los chicos que se iría al hotel, pero que si ellos querían podían ir a la feria temática que había en la playa. Tsuna le preguntó a Fran si la acompañaba, pues estaba preocupado por ella, pero Haru estaba tan emocionada por la feria, que Fran insistió en que fueran con ella.

Así Colonello llevó hasta Fran hasta su habitación. Cuando ella ya estuvo con su pijama puesto y sentada en su cama, fue que Colonello se sentó junto a ella a preguntarle qué había pasado. Fran comenzó a relatarle de como después de una fiesta en Vongola se había sentido mal y su hermano le mandó a hacerse exámenes.

-¿Entonces?

-Tengo vértigo.

-¿Eh? ¿Es grave?- preguntó Colonello preocupado.

-Más o menos- respondió Fran con un suspiro -Tengo prohibido seguir con mi ritmo de vida por ahora.

-Bueno, había escuchado que te habías vuelto bastante trabajólica, Kora- dijo Colonello acariciándole el cabello.

-¿Quién te dijo magna falacia?- preguntó Fran riendo con el rubio.

La risa de Fran terminó cuando Colonello tomó su mano izquierda y comenzó a jugar con sus dedos.

-¿Colonello?

Entonces con dos dedos, Colonello tomó el anillo y lo retiró con suavidad del dedo anular de Fran, poniéndolo frente a sus ojos y examinándolo con cuidado.

-¿Qué haces?

El rubio suspiró antes de voltear a verla a los ojos aun con el anillo entre sus dedos.

-No puedo evitar pensar en que, si yo hubiese ido a por ti esa vez.... -hizo una pausa antes de continuar -Quizá no te hubieras casado con Giotto.

-Te tienes mucha confianza, ¿eh?- respondió Fran tomando con suavidad el anillo para volver a ponérselo.

-Obviamente, si yo no confío en mí, ¿quién lo hará?- dijo haciendo reír a la chica.

-¿Y Lal?

Pacta Sunt ServandaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora