Durante su estadía en Estados Unidos, Maya adquirió un pasatiempo, y todo probablemente comenzó cuando una amiga le recomendó un libro llamado "Hush Hush".
Maya no era una vívida lectora, pero su amiga la convenció hablándole del maravilloso protagonista y que aunque no le gustara leer, lo devoraría en una semana, así que decidió darle la oportunidad. Y vaya que lo devoró.
Continuó con el resto de la saga, pero quería más, y al enterarse que pertenecía al New York Times Best Sellers, se hizo fanática a aquella lista. Y es que eran adictivos con sus historias de amor apasionadas, sus sexys protagonistas masculinos, y la protagonista femenina con la que era fácil identificarse.
Los libros en sí no eran un problema, pero la percepción de la rubia sobre las relaciones de pareja y de otras mujeres, se distorsionó. O quizá, la visión machista con la que había sido criada, se reforzó.
Tiempo después de dar la orden respecto de Francesca Solano, se decidió a leer el informe de ella completo, aunque tuviera que ver cosas que no le gustasen. Pero al hacerlo, una ilusión surgió en su mente: Giotto se reencontraría con ella y dejaría a aquella mujer.
Porque Francesca Solano le calzaba con un perfil que había visto en tantos libros: la perra.
Y las perras no ganaban.
Cada libro que leía tenía alguna perra, una villana, una mean girl, una tercera en discordia. Todas con similares características: extrovertidas, se teñían el cabello, se preocupaban por la ropa y el maquillaje, disfrutaban y bailaban en las fiestas.
Eran mujeres que habían perdido la virginidad durante sus años en la escuela, eran sensuales y fáciles, pues se acostaban con muchos hombres. Incluyendo al protagonista.
Y el pobre protagonista (Giotto) solo estaba embelesado por esa sensualidad, engatusado en su seducción, pero no las querían por nada más. Pues estaban huecas por dentro.
Cuando Giotto la volviera a ver se daría cuenta que ella era diferente.
Ok, quizá regresó demasiado tarde a la vida de Giotto, pues él se había casado con "la mala de la historia", pero aquello aun tenía arreglo.
Solo necesitaba sacar a Giotto de ese hechizo y serían felices para siempre.
Él se enamoraría de ella, y ella se haría la difícil.
Él la seguiría buscando y ella intentaría resistirse.
Finalmente se besarían y enamorarían.
Y Francesca Solano diría algo como: "¡Giotto! ¡¿Qué haces con esa mosca muerta?! ¡Es ella o yo!"
Y Giotto la elegiría a ella.
Amor verdadero, eso sería.
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Como si fuera una confirmación milagrosa de sus ilusiones y sueños de los últimos días, Mario tocó su puerta para darle la noticia más maravillosa del mundo.
—El joven Vongola pidió verla.
Los ojos de Maya se llenaron de lágrimas de emoción y corrió a mirarse en el espejo, contenta ante su belleza natural y sin esfuerzo.
Mientras iba caminando o casi trotando a la entrada de su mansión se imaginaba la escena, Giotto hablando con su padre, se voltearía a verla, gritaría su nombre, correrían el uno hacia el otro y se abrazarían mientras la levantaba del piso.
Pero cuando vio la entrada de la mansión, su rostro se llenó de confusión,
¿Por qué había tantas personas allí?
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Pacta Sunt Servanda
FanfictionFrancesca es la donna que lleva la décima generación Vongola junto a su marido Giotto. Aunque ocupa ese cargo, prefiere quedarse en la superficie viviendo una vida normal alejada de la mafia. Pero cuando su adicción al trabajo termine por pasarle l...