Capítulo 9: A Nami-Chuu Parte 2

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-¿Así que Fran-chan estás casada con Giotto-san?- preguntó Yamamoto mientras caminaban hacia la escuela, la chica asintió con una sonrisa - Vaya, no sabía que uno se podía casar tan joven- dijo con una risa.

-¿De que hablas, Takeshi?- preguntó Fran con una sonrisa divertida.

-¿Que no tienes nuestra edad?- preguntó el pelinegro ladeando la cabeza confundido haciendo reír a Fran.

-Claro que no- dijo aun riendo -Tengo la misma edad que Giotto.

-Ah ya veo- dijo el pelinegro riendo también -Nunca lo habría imaginado.

Detrás de ellos iban caminando Tsuna y Gokudera que en silencio observaban y escuchaban atentamente la situación. Tsuna no quería creerlo, pero a Yamamoto se le hacía mucho más fácil hablar con Fran que a él, y eso de alguna forma lo molestaba. Una nueva emoción pasaba a formarse en él.

Aunque Tsuna cambió de actitud de inmediato cuando llegando a la escuela divisó unos cabellos platinados. Alaude, el director estaba en la puerta de la escuela, esperaba que no ocurriese nada malo.

-¡Tori!- exclamó la chica para acercarse al platinado, esto no le extrañó a nadie ya que al ser la mujer del décimo era obvio que conocería a sus guardianes, pero lo que si les llamó la atención fue el raro apodo y ver como el guardián de la nube rodeaba a Fran con sus brazos estrechándola contra él.

Ahí Tsuna se dio cuenta de la sensación que había tenido cuando vio a Fran con Yamamoto y ahora que la veía abrazada a Alaude, estaba celoso.

-No sabes como me alegra verte- dijo la castaña en un susurro.

-Mhm- respondió Alaude en un tono que la chica pudo interpretar como "yo también". Luego Alaude desvió su mirada hacia los jóvenes que se pusieron tensos y hablaron todos al mismo tiempo.

-¡Muy buenos días, Alaude-sensei!

Pero el hombre de cabellos platinados simplemente los ignoró y se encaminó hacia adentro de la escuela siendo seguido por Francesca.

-Hasta más tarde, chicos- fue lo que alcanzó a decir antes de seguir a su viejo amigo.

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-¿No tienes problemas por quedarte en Japón?- preguntó Fran mientras caminaba al lado de Alaude por los pasillos de la escuela, llamando la atención de todos los estudiantes alrededor al no saber quien era la mujer de aspecto extranjero en el lugar.

-Alguien tiene que cuidar de ti.

La respuesta seca, pero honesta de Alaude le causó gracia a Fran, jamás fue muy expresivo, pero con el tiempo había aprendido a entenderlo.

-Mi cielo no lo sabe, ¿verdad?- preguntó Fran con una sonrisa provocada por la inexpresividad de Alaude que al no decir nada le estaba dando la razón.

El hombre la dirigió hacia una puerta que supuso que sería su oficina, se adentraron y Fran se dedicó a observar cada detalle de esta, mientras Alaude iba al escritorio de donde extrajo una carpeta que procedió a entregarle a Fran.

-¿Mi horario?- preguntó mirando dentro de la carpeta.

-El decimo me dijo que ya te dio todos los detalles de lo que debes enseñar en cada curso.

-Sí- dijo ella con una sonrisa. Entonces la puerta sonó y fue abierta abruptamente.

-¿Qué estás haciendo en Japón, Ala...?- pero el joven presente no terminó de hablar al reparar en la presencia de la chica allí, que al verse observada simplemente le sonrió.

Pacta Sunt ServandaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora