•CAPITULO 4 •

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—No. No se de lo que me hablas

Cada vez caminaba más y más hacia mi, lo único que podía hacer era retroceder. Lo cual fue una mala decisión ya que terminé contra la pared y él

—Tú. Eres la Stripper

—¿Que Stripper? ¿De que hablas? Me estas confundiendo

—¡Ahora todo tiene sentido! Por eso tu voz se me hacía reconocida, por eso tus labios los había visto de algún lugar y... La vez que te fuiste a la escuela con ropa apretada... ¡Sabía que había visto antes tu cuerpo! ¡Soy un idiota! ¡No lo vi venir!

—Me estás confundiendo con otra persona Pasquarelli

Golpeó la pared justamente a un lado de mi cabeza—¡Eres tú!— sonríe —¡La chica tímida eres tú!

—¡MIERDA, QUE NO SE DE LO QUE ME HABLAS! —su mirada fue a parar a mi mesita de noche, donde tenía mi bolso con el antifaz y la peluca azul

Ríe cínico antes de tomarla —¿No sabes de quién hablo en serio?— empieza a jugar con ella.

—¡Dame eso! ¡No es mío!— se lo arrebate de las manos.

—¿Porque te fuiste del Chicago? Fabián me dijo que te has ido por razones íntimas. Espero no tener que ver con eso

De nuevo se acerca a mi, pero esta vez no retrocedí, no voy a dejar que me vea débil y menos en mi propia habitación. Llegó a un punto donde me tomó de la mano delicadamente —Insisto. Vete

—no me voy a ir — su fría mano pasa por todo mi brazo acariciándolo de arriba abajo

—llamaré a la policía

—hazlo. Aquí te espero— mierda.

—Vete ¡Ahora!

—no sin que antes me respondas. ¿Porque te fuiste del lugar? ¿Por mí? —sonríe aún mas cínico— aún no puedo creer que seas tú la persona que me lleva gustando hace ¡Meses!

—Y que vas a hacer al respecto— me crucé de brazos riendo coqueta, aunque siento que me veo como toda una fracasada tratando de hacerlo.

—Pues tengo muchas cosas en mente que te podría hacer —me guiña el ojo.

—Yo...

—¿Ruggero? ¿Karol?— ambos giramos hacia la ventana, donde mi amigo estaba parado en su azotea mirándonos. Ruggero solo rodó los ojos, caminó hacia mi ventana para cerrar las cortinas.

—¡Ey! ¡No las cierres!— exclamé yendo hacia allá, pero me tomó del brazo para no abrirlas.

—necesitamos privacidad. — En eso me suena el teléfono... Es Agustín —¿En verdad lo tienes como "Agustín el guapo" ?

—él se puso así— rechazando la llamada dejé mi teléfono a un lado, pero no dejaba de sonar y sonar. Estoy cien por ciento segura que quiere una explicación, lo cual es ilógico porque no somos nada así que estoy en todo mi derecho ¿Que mierda dices Karol?

—Bien, siempre soñé con este momento —sonríe

—¿Y que quieres que haga? ¿Seremos felices por toda la vida? —reí— ¿Seremos novios por el resto de nuestras vidas? —en verdad no podía dejar de reír, este momento no me lo puedo tomar en serio. Lo cual es incómodo ya que él está completamente callado.

—No— protesta —aún no.

—¿Disculpa?

—Lo que escuchaste, aún no podemos ser novios —caminando se aleja de mi para sentarse sobre mi cama, yo lo seguí cruzada de brazos. En eso le llega una llamada de Agustín, la cual la vuelve a ignorar.

¿Por qué Yo? #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora