• CAPITULO 40•

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El Sábado se pasó Tan lento, no salí de mi casa, Ruggero vino pero no he salido. Me ha dejado miles de mensajes diciendo que quiere arreglar las cosas, que en verdad está arrepentido y de que no volverá a pasar. Pero no se... me siento sin ánimos de nada, por eso todo el día apagué el móvil y lo dejé a un lado. Dormí todo el santo día.

Hasta que el domingo en la tarde entró Valentina a mi habitación, con una bolsa enorme de botellas de cerveza, un whisky y ¿vino? Lo lanzó todo a mi cama y abrió mis cortinas dando todo el brillo del sol a mi rostro.

—¡Cierra las cortinas!

—¡Levanta ese Culo y vamos a ponernos bien pedas! ¡No te puedes quedar todos los días metida en la cama porque terminaste con Ruggero!

—¿como sabes que he terminado con él?—Me escondí tras las sábanas.

—Todo el instituto lo sabe, todos se están pasando mensajes de la gran noticia de que al chico Sexy de la escuela lo han dejado.

—¿Como se enteraron?—Me saca las sábanas de encima y las tira al suelo, mierda me cala la luz.

—Un estúpido de química corrió el rumor, y aparte los vieron discutir en el estacionamiento. El rumor se fue expandiendo y expandiendo.

—Rayos, yo que no quería que nadie se enterara.

—¡Hay que embriagarnos! Cuéntame todo Karol, cuéntamelo TODO.

—Ahora no quiero nada Valentina, en verdad que no estoy de ánimos ni para sentarme a tomar agua.

(...)

Una botella de Whisky después.

—¡Y eso fue lo qué pasó! —Vaya que mi amiga me pudo convencer fácilmente.

—¡Malditos hombres! ¡Creen que por ser un cuerpo bonito pueden manipularte a su antojo!

—¡Pero! ¿¡Porqué?! ¡Yo lo amaba! ¡Yo lo amo mejor dicho! ¡Este Cabrón se robó mi corazón! ¡Y me ha ocultado eso!

—Ya Karol... lo que a ti te hace falta es salir ¡Hoy corren Max y otro tipo! ¡Las apuestas están hasta el tope! ¡Vamos!

—No lo sé...—Me empiné el último chorro de Whisky que había ahí—No tengo ganas de ir.

—No mi niña—Valentina me toma de la mano—No tienes que dejar que un hombre te quite la diversión. Ya no estamos en la época donde la chica esperaba a que su hombre volviera a sus brazos, que la besara y la abrazara para poder sentirse feliz. No Karol, todo ha cambiado, ahora las mujeres son independientes y se van a divertir, salen a fiestas y beben mucho. Anda Karol, esta noche te la vas a pasar genial ¿vale? Será una noche inolvidable.

(...)

Para las 7 de la noche ya estaba lista, Valentina me había convencido. Me coloqué un simple pantalón ajustado y una blusa cómoda, le dije que iría pero con la única condición de que no me hiciera vestir esos estúpidos vestidos. Mientras que mi amiga se fue con un pequeño short y una blusa muy pequeña.

Salimos de la casa media hora después, para las ocho ya estábamos con las chicas bebiendo y bailando, tenía razón Valentina, necesito distraerme.

—¡Vamos Karol! ¡Mueve ese trasero! ¡wuuuuuw!—Tomé unas cuantas cervezas, la cruda del whisky se estaba pasando por el baño que me di antes de venir hacia aquí.

—¿¡Ves que te estás divirtiendo?! ¡Nunca hay que quedarse en casa cuando hay una fiesta a la que podemos ir!

—¡Claro que tenías Razón!

¿Por qué Yo? #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora