• CAPITULO 59 •

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Ya habíamos llegado al hotel. La suite era grande, y tenia dos habitaciones con una cama cada una. Pero para mi mala suerte Valentina había dejado las maletas en la misma habitación de Karol, así que me tendré que dormir con Agustín.

Los papás de Karol estaban hablando con los chicos pero a mi me llamó la atención un mensaje que me había llegado.

Desconocido:
Hola linda, solo pasaba a saludarte y decirte que este es mi número, soy chucho. Me preguntaba si estarás ocupada mañana, me gustaría invitarte a cenar o algo por el estilo.

Apreté fuerte el celular, ese maldito hijo de puta que se cree, le dejé muy en claro que no se metiera con mi chica.

Yo:
Lo lamento, pero este es el número del novio de la chica a la que quieres invitar a cenar, eres un grandísimo idiota si creíste que te pasaría el número de mi chica. Ahora, vez y chinga  a tu madre.

Karol me miro y me sonrió a la vez, esa chica en verdad que es una ternura... el celular me volvió a vibrar y era él quien me había devuelto el mensaje.

Desconocido:
Ya sabía yo que alguien como tú nunca me pasaría el número de una chica linda. ¿Acaso ella sabe que me has pasado el tuyo?

No, y si lo supiera se enojaría muchísimo conmigo. Diablos, creo que debí de haber pensado eso desde un principio. Pero la verdad no me arrepiento de nada.

Guardé mi teléfono y para cuando subí mi vista Karol ya estaba a un lado mío—¿Todo bien? ¿Le estás avisando a Tu madre que ya has llegado?—Se que no debo mentirle.

—No, estaba arreglando otras cosas—Le sonreí, prácticamente no le estoy mintiendo, solamente no le estoy diciendo la verdad -Aunque es lo mismo- Pero bueno, la tomé de la mano y nos acercamos a donde estaban todos.

—Entonces diviértanse, Ruggero, Quedas a cargo—Me dijo el señor Sevilla.

—¿Qué? ¿Y porque yo no estoy a cargo Papi?—Habló Agustín haciendo que todos se rieran.

—Todos sabemos que el más responsable en este lugar es mi yerno, cuídense, disfruten la ciudad. Recuerden que el servicio a la habitación es gratis y tengan mucho cuidado en las calles—Y se fueron, Dejándonos solos una vez más.

—Iré a cambiarme de ropa—Dijo Karol yéndose a su habitación, mientras que los otros dos chicos fueron a recorrer la suite y ver por la ventana la gran ciudad.

Aproveché que ellos estaban distraídos para ir con Karol quien entré justo en el momento en que se quitó toda la ropa quedando solo en lencería.

—Oh vaya, que maravilla es esta—cerré la puerta, lo que ella no vio es que le puse el seguro.

—¡Pasquarelli!—Me regañó—En un momento salgo, no era necesario que entraras.

—¿Y si hacemos un rapidín? Solo mírate Karol—Me acerqué a ella—Te estoy viendo en lencería y juro que mi Polla ya se puso dura—Eso la hizo sonrojar.

—Hay... Hay gente afuera... Nos pueden escuchar...

—Te taparé la boca—En un rápido movimiento la atraje hasta mi chocando cuervo con cuerpo sosteniéndola por el trasero—Se que lo deseas. Lo deseas desde hace mucho, y más desde la vez que estaba apunto de probarte—Lamí lentamente su cuello.

¿Por qué Yo? #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora