• CAPITULO 56 •

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Son Alrededor de la una de la tarde, debo admitir que dormir abrazado de Karol ha hecho que esté más tranquilo. Ambos nos cambiamos de ropa y decidimos ir abajo Para desayunar, ella parecía radiar de felicidad, pero yo no paro de pensar lo horrible que fue mi sueño.

Aunque se en el fondo que no me debo de preocupar por ese chico, obvio no es el gusto de Karol, él es muy diferente a mi. Para empezar ese chico está horrible, tiene rulos al igual que yo pero a mi se me ven mucho mejor, él lo que necesitaría es algo de sol porque está muy pálida su piel -Pero ya acabó la universidad, es más inteligente que tú, tiene más experiencia en todos los ámbitos- Diablos. Se que no me debo de poner mal solo por eso, ¡Agh!

—¿Quieres que te prepare algo?—Karol me sacó de mis pensamientos. La observé por unos breves minutos, su rostro es tan Perfecto, sus mejillas rosadas, sus carnosos labios rojizos y sus hermosos ojos verdee.

Una vez más la volví a imaginar debajo de aquel chico gimiendo fuerte... fue un reflejo mío, golpee la mesa con mi puño haciéndola sobresaltar.

—Lo lamento, lo... lo lamento.

—¿Otra vez pensando en tu pesadilla?—Caminó hasta donde yo estaba, tomándome de sorpresa y subiéndose sobre mi regazo—¿Con quién fue? ¿Se podría saber?

—¿Mande?

—Con quien... Con quien estaba en tu sueño—Con el imbécil de chucho. Volví a fruncir el ceño sin contestarle. Y al notarlo ella enrolló sus brazos sobre mi cuello jugueteando con mi cabello—Está bien, no me digas, no te voy a obligar obviamente pero solo quiero que sepas que tú eres muy importante para mi. ¿Okey?—Sonríe.

—Se mi novia—Solté de la nada—Se mi novia por favor.

—Ruggero...

—Vamos a volver a estar juntos, eso no hay duda, no pasa nada si adelantamos un poco las cosas—Pasé mis dedos por su mejilla acariciando tiernamente.

—Que te parece si hacemos un trato.

—Te escucho.

—Si de aquí hasta el 31 de diciembre o sea Año Nuevo me demuestras que has cambiado ese mismo día regresamos.

Sonreí—Trato hecho—Sonrió—¿Te puedo besar?

—¿Qué? Oh, Yo...—Y la besé. Lo que me encantó fue que no puso resistencia, sin embargo solo siguió jugando con mi cabello.

Pero no era un beso salvaje, no, era un beso que hasta lo que yo digo expresaba nuestros sentimientos. Estos besos son los que me hacen sentir seguro, debo de dejar de pensar en todo eso, yo sé que Karol jamás haría nada de eso, la conozco y se que su corazón siempre va a latir rápido cuando me ve.

Al separarse de mi tiró levemente de mi labio inferior provocando una sonrisa en mi.

—Les prepararé un té a los chicos para la resaca.

—Te ayudo.

Y así estuvimos ambos preparando el desayuno para los chicos hasta que se dio las dos de la tarde y por fin bajó alguien.

—¡Feliz Navidad a todos!—Gritó Simón llegando hasta nosotros—Oh vaya, hoy se levantaron muy contentos ustedes dos—Bien, era el momento, ahora o nunca.

—Simón, Yo... Yo quería ofrecerte unas disculpas por lo sucedido anteriormente. Espero poder comenzar de cero y Tal vez llegar a ser amigos—Tanto él como Karol me miraron sorprendidos, acepto que este niño no es ninguna amenaza para mi, es raro, y se que jamás seria el tipo de Karol.

—Vaya, No creí que me dijeras eso pero yo encantado, disculpas aceptadas y tranquilo que haremos como si nada hubiera pasado–Me sonrió, de hecho este chico no es tan malo como me lo imagine—Y espero de corazón que esta vez su relación vaya para bien, se ven tan felices juntos.

¿Por qué Yo? #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora