¿Por qué Yo? #1

• CAPÍTULO 103 •

Karol Sevilla

Lunes Por la mañana, me levanto a las cinco y media de la mañana para prepararme para mi primer día de universidad. ¿Estoy Nerviosa? Ni que se diga, Ayer estuve preparando todas mis cosas, Desde lo que me iba a poner, hasta todas mis cosas bien organizadas. Tomé mis pequeño maletín con mi computadora y cuadernos adentro, Me miré una última vez en el espejo, suspirando de los nervios.

—No es tan difícil Karol, Y si no te vas ahora mismo llegarás tarde—Me dije a mi misma—Okey Sevilla, Vamos con todo.

Salí de mi habitación y la fraternidad estaba hecha un caos, Literalmente.

—¿¡Donde está mi plancha del cabello!?

—¡Yo que se Mía! ¿¡Alguien ha visto mi vestido azul?!

—¡Creo que Olivia lo tomó! ¿¡Alguien tendrá rubor?!

—¡Maddison Tiene! ¿¡Me combinan estos zapatos?!—Y en eso sale Valentina de su cuarto, Viendo como en el pasillo se desataba un verdadero caos.

—Buenos días Karol.

—Buenos Días Valentina, ¿Lista?

—Mi primera clase comienza a las 6:30, aún tengo tiempo de sobra y las puedo ayudar a arreglarse.

—Menos mal, La mía comienza ya a las 6:00, Y aún no he desayunado.

—¡Pues corre!—Así lo hice, Corrí hacia las escaleras pero antes de bajarlas Valentina me detiene—Mucha Suerte Amiga—Y me dio un abrazo, Vaya, Si que lo necesitaba.

—Y a ti También.

—Creme, Diseño de Moda no es nada comparado con admiración de empresas—Y aún no puedo creer que se haya metido a esa carrera, Pero bueno, Si a ella le hace feliz a mi también.

—Bien, Me tengo que ir—Me soltó—¿Nos vemos en el almuerzo?

—Te veo en la cafetería.

—Vale—Bajé las escaleras, se que aún tengo tiempo pero en verdad me muero de los nervios. Tomé un Yogurt de la nevera de abajo ya que yo aún no tenía nada en mi refrigerador, Y salí de la fraternidad.

Sabía que estaba cerca la universidad, Pero no quiero tener que caminar con tacones, Así que mejor me iré en mi coche...

[...]

Vi un espacio libre en el estacionamiento, No dude en dejarlo ahí. Traté de relajarme, Si que estaba nerviosa. Tomé mi portafolio y salí.

—Ey Corazón, Ese es mi lugar—¿Me hablan a mi? Gire a ver quién era. Un chico en su convertible me estaba gritando—¿Si te mueves?

—¿Perdona?

—Te perdono, Solo quiero que muevas tu coche. Ese es mi sitio.

—Yo no veo donde dice tu nombre, Además aquí alado hay otro, ¿Qué no vez?—Río cínico, Estacionado su coche a un lado del mío y bajando de este.

—Supongo que eres nueva, Si, Se te ve. Además no te había visto antes, Pero éste—Apuntó mi coche—Es mi lugar de estacionamiento.