• CAPÍTULO 9 • "3/?"

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—No es nadie—apague mi teléfono colocándolo en mis piernas

—Mmmh ya veo, y si no es nadie ¿me dejas revisarlo?

—No

—Entonces quien es

—Es mi madre

—Ya veo...—no muy convencido dirige la mirada al frente prestando atención.

Los minutos pasaron y ¡Juro que ha sido la clase más larga que he tenido!

Antes de que se acabe la clase, Ruggero se acerca a mi, rodeando un brazo alrededor de mi cuello—¿Que haces?

—Abrazandote ¿No es evidente?—Solo suspiré, no quiero discutir con él.

La clase se empezó a poner aburrida, así que recargué mi cabeza en su hombro, lo último que escuché fue algo de la raíz cuadrada de no se qué...

(...)

—¡Pero qué lindos se ven juntos!

—Si, la verdad se ve que ella es más linda que Cande

—Ay, pues yo no sé... No creo que duren tanto—abri lentamente los ojos, mis compañeros ya se estaban yendo del salón.

Levanté un poco la mirada, Ruggero me miraba con una sonrisa tan linda —Por mí no hay problema de que duermas un poco más en mi hombro— aún me tenía abrazada, por un momento sentí mis mejillas arder, suspiré, pero no fue un suspiro malo, sino uno de tranquilidad, estar a un lado de él me ha dado tranquilidad. Mis ojos se dirigen hacia enfrente, donde veo a mi amigo guardando sus libros y mirándome con el ceño fruncido ¡Mierda! Me quité de su hombro para ponerme de pie en seguida.—¿Pasa algo?

—eh, no... Solo que se me hace tarde para mí siguiente clase—Rei nerviosa

—Bien, pues nos vemos en la salida, recuerda que iremos a comer

—Que, ¿Ya hacen planes sin mi?

—Si

—No—ambos nos miramos

—Agustin, no es para tanto, además tú quedaste con Natasha en llevarla a su casa después de clases.—auch, dolió, dolió mucho

—¿Y? Natasha solo es una amiga que no tiene coche

—ya, ya. No estés celoso, no te robaré a tu mejor amiga—sonrie con malicia

Mejor decidí irme antes de escuchar cosas que mejor no quiero escucharlas.

Las horas se pasaron volando, a todo esto, estuve pensando en el mensaje de Fabián de que vendría mañana al instituto para hablar conmigo, pero es que no me había percatado de algo ¡Mañana es sábado! Jajaja creo que Fabián no se ha de acordar que los sábados no hay clases, le mandé un mensaje diciéndome que yo iría mañana en la mañana al Chicago para hablar con él, gustoso dijo que si y que me esperaría con ansias.

Tan solo salgo de la escuela, uf, está haciendo mucho frío, hay fuerte viento. —¿Nos vamos?—llega Ruggero por detrás de mí—Diablos, está fresco ¿No crees?

—Toma tu sueter

—¡No! Lo digo, porque está fresco para que tengas puesto un short tan pequeño, te llevaré a tu casa para que te cubras bien y luego iremos a comer ¿Te parece?—sonrei

—Nadie nunca se había preocupado por si tenía frío o no

—pues he llegado yo nena, ahora Vamos—me abrazó por los hombros hacia mi coche, él se iría en su camioneta pero dejaré el mío en mi casa para irnos en la suya.

¿Por qué Yo? #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora