• CAPÍTULO 141 •

1.3K 104 10
                                    

Me levanté alrededor de las siete de la mañana porque se me había ido el sueño completamente. Bajé por algo de desayunar y noté que James iba llegando al apartamento completamente sudado como si hubiera corrido una maratón.

—¿Saliste a Correr?

—¿Ya estás despierta?—Nos reímos—Si, Salí a las seis a correr y aparte a verificar que todo estuviera en orden ¿Quieres irte Ya? El coche está listo.

—Lamento lo de ayer con Ruggero, En verdad, Te digo que él puede ser a veces un poco agresivo con mis amistades.

—¿Y eso a ti no te molesta?—¿Cómo? ¡Claro que me molesta!—Digo, ¿Porque no haces nada al respecto?

—Él siempre termina consiguiendo lo que quiere, No sabría que hacer al respecto.

—Ponerlo en su lugar, De plano decirle "Oye, Tú y yo de plano ya no estamos juntos, Respeta mi vida privada"—Me reí—¿Porqué te ríes?

—Él no entiende así de fácil.

—No entiende porque no se lo dejas en claro, Eso ya está en ti, Si en verdad quieres que ya no pase tienes que poner un alto.

En cierto modo él tenía mucha razón, Ya no debo de dejar que me manipule a su antojo, Eso no es sano para nadie, Pero la pregunta que más me atormenta es "¿Qué hago?" Si él nunca entiende por las buenas.

[...]

No desayunamos ahí, Nos fuimos directo a Kappa Sigma Y él dijo que iría a su departamento para bañarse y alistarse, Así que aquí estoy, Acostada en mi recámara haciendo un trabajo para entregar la semana que viene, Y aunque creí que ésta carrera no era lo mío, Tengo que aceptar que no me está yendo nada mal como lo creía.

[...]

—¡Te vimos en Televisión! ¡Te vimos!

—¡Si Hermana! ¡Estabas toda perrisima con tu vestido negro! ¡Te veías hermosa!—En mi cuarta hora estaba con Noah y Johan de camino al salón, Ayer solamente me había quedado estudiando y estudiando, Ah, Y preguntándome donde rayos se había metido la rubia porque no llegaba.

—Ni me lo recuerdes, El sábado fue una noche de locura—Suspiré.

—¿Porqué? ¿Estas bien?

—Es una larga historia.

[...]

Ruggero Pasquarelli

Para mi penúltima hora del día la tenía libre, Así que me salí con mi computadora a sentarme abajo de un árbol del campus para ponerme a terminar una Tesis que tenía que entregar para la semana que venía.

Los minutos pasaron y pasaron, Y me alegro mucho haberla terminado. Ya que dentro de tres horas tenía que regresar a la universidad para mi primer entrenamiento con el equipo, Si que este día sería muy cansado para mi.

—¿Ruggero?—Levanté la vista y me encontré a los señores Montero, Los papás de Samantha.

—Oh, Hola, Señor y Señora Montero, ¿Qué hacen por acá?—Me paré para saludarlos.

¿Por qué Yo? #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora