¿Por qué Yo? #1

• CAPITULO 52 •

—No, no eres mi novio.

—Perdonen, ya me revolví ¿Están juntos?

—No, él es...

—¿Tu Amigo?

—Digamos que hoy es mi niñero—Lo fulminé—Mi niñero que debería estar en el coche ahora mismo.

—Tardaste mucho—Extendió su mano frente a chucho—Y soy su Ex novio, no su niñero, ¿quién eres?

Chucho a diferencia de Ruggero estrecha su mano con una sonrisa radiante.

—Chucho Rivas, un gusto, soy sobrino de Fabián.

—Mexicano ¿Cierto? Por el acento.

—Si, de hecho estábamos platicando que me encantaría llevarla a la playa de Cancún.

—¿Llevarla? ¿A Cancún?—La mandíbula de Ruggero se tensaba—Ya... No creo que haga falta.

—Si que hace falta, es precioso allá, tal vez y también quieras ir—Eso último se vio que lo dijo por cortesía, pero ni hablar, no quiero volver a ver a Ruggero después de hoy.

—No creo que sea necesario que vayas Ruggero.

—Tranquila, que obviamente no iré—Sonríe—Al igual que tú no irás.

—No tendremos una discusión ahora Pasquarelli.

—Bien, entonces ya vámonos.

—Estoy esperando a Fabián, vete tú si quieres.

—Muy graciosa Sevilla, hemos venido en tu auto—Y antes de poder contestar con sumo sarcasmo, fue Chucho quien habló.

—No te preocupes chico, yo la puedo llevar a su casa.

—No, no te conozco y debo decir que jamás dejaría a Karol con alguien que apenas me se su nombre.

—Bien, me presento más formal, tengo 21 año, acabo de graduarme de la UNAM en derechos internacionales, nací en la Ciudad de México y... ahora vine a buscar trabajo en alguna empresa de mi tío.

—Espera ¿Tienes 21? Creí que eras de mi edad.

Sonríe—Solo soy tres años mayor que tú enana, no soy un abuelo.

Le sonreí—Me encantaría saber más sobre tu especialidad, yo aún no se lo que quiero estudiar.

—Pero falta ¡meses! ¿Tienes algo en mente?

—Contabilidad, o algo que tengan números, lo cierto es que no lo sé.

—Hay muchas especialidades que usan muchas matemáticas, si quieres luego te paso una lista, estoy seguro que te ayudaría muchísimo.

—Bien Bien, ya sabemos que acabas de salir de la universidad, pero en verdad nos tenemos que ir. Karol, vámonos.

—Vaya, no sabía que tu amigo había venido mi niña—Fabián me miraba confundido, y no lo culpo, esta era una de las razones por las que no quería que este imbécil se bajará del coche.

—Por esta noche es mi niñero.

—No soy tu niñero.

—¿A no? Entonces qué haces aquí—Rueda los ojos.

—Como sea, es hora de irnos, Valentina acaba de hacer un twit de que ya llegó a tu casa.

—¿Ya? Qué raro, no me ha enviado mensajes, creo que no fue buena idea el dejarle llaves.

—¿Entonces ya te vas? Toma, este es tu regalo, es un brazalete de oro, se que es pequeño pero te lo regalo con todo mi corazón, tiene un gran significado para mi—Los ojos de mi jefe comenzaron a humedecerse llenándome de nostalgia, así que sonriéndole caminé hasta él enrollándolo en mis brazos—Cuídate, conduce con cuidado y recuerda que siempre estaré para ti—Me susurró—No se porqué este chico está aquí contigo, pero cualquier problema que tengas recuerda que contarás con mi apoyo.