- ¡Tony!-Dije con impaciencia, tratando de no alterar mi voz-Estoy un poco ocupada, te puedo preguntar ¿Qué pasa?
-Curipan y yo estamos peleando con Luciano desde hace una hora. El insiste en cargar solo una valija con juguetes y no hay nada que lo persuada de hacer lo contrario.
Soltando imperceptiblemente el aire de mis pulmones para luego poder llenarlos de paciencia, lo más que pude, traté de colocar mi voz para que pareciera lo más normal y tranquila posible.
Sentada en mi escritorio y con una pila de expedientes delante de mí, sonreí a un cliente tratando de pedir disculpas por la interrupción.
Me levanté de mi silla y me dirigí hacia la ventana de mi oficina desde donde podía ver el gran patio colonial.
-Tony, en este momento estoy un poco ocupada-susurre-pero te prometo que voy para allá bien termine. ¿Curipan no puede poner un poco de orden?
-Tendrías que ver la escena-Respondió Tony en tono de broma-Luciano guarda los juguetes en la valija y Curipan se los saca. No sé quién es el menor de los dos.
No pude contener la risa al imaginar la lucha entre Luciano y Curipan y me estaba empezando a preguntar quién ganaría porque los conocía y sabía que ninguna daría el brazo a torcer.
-Tony... trata de que la sangre no llegue al río-Respondí con una sonrisa-En un rato voy para allá.
Habían pasado casi seis años desde que había conocido a Tony y se había convertido en un increíble adolescente. Y como le había prometido desde el día que lo conocí, todos los años para la época de las vacaciones de invierno y de verano lo traía unos días a pasear a Buenos Aires.
Se había convertido en mi apoyo, en mi guía, porque a pesar de la poca edad que tenía supo ayudarme con sus palabras y con su amor.
Él y Curipan se habían transformado en las personas más importantes, las que me ayudaron a salir adelante, eran el único nexo que tenía con Aguas Calientes y con todo lo que había sucedido.
Ellos y por supuesto... Luciano.
Después de que Daniel había desaparecido de mi vida, después de haber agotado hasta el último de los recursos para regresarlo a mi lado, ese mismo día supe que estaba esperando un hijo. Y eso definitivamente cambió la mía para siempre.
Pensé que ese sería motivo suficiente para terminar con su culpa, para terminar con el abismo que él había procurado mantener para así poder redimir su falta.
Amaba a su hermano, de eso no tenía la menor duda. Pero aun así día tras día me negaba a apagar esa una luz de esperanza que habitaba en mi...
Pero ella se extinguió por completo cuando una mañana Curipan me anunció que Daniel se había casado con Sonia.
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La decisión
Romance¿Es posible amar a dos hombres al mismo tiempo? Sofía nunca lo hubiera creído. Marcos Aguada, el hombre del cual estaba perdidamente enamorada, le había hecho dos proposiciones, una de casamiento y la otra, hacer un viaje a su pueblo natal al sur de...