18. Kassian

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El juego terminó y estamos caminando a través del estacionamiento

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El juego terminó y estamos caminando a través del estacionamiento. Ralph se ofreció a llevarnos a casa, al menos a mí. A Ramón y Sobb los dejará en una fiesta.

Nunca lo odié. Que una persona tenga lo que tú quieres no es una invitación a desearle mala suerte o envidiarlo, pero es más común caer en eso que plantearte que, si tiene lo que tiene y tú no, es por algo.

Ralph tiene un bebé en camino del que ni siquiera sabe y estoy muy feliz de no tener uno.

Él y Abelia caminan de la mano, unos pasos por delante. Detrás de ellos, Sobb y Ramón están absortos en una discusión sobre el sistema educativo, cómo Hollywood crea realidades universitarias que no existen y terminas decepcionándote y acerca de si es mejor morir ahogado o quemado.

Meto las manos en los bolsillos de los jeans y veo a los otros jugadores del equipo subiendo a sus coches para romper el límite de velocidad yendo en busca de una fiesta. Muchos adultos, e incluso gente de nuestra edad, creen que están en un círculo vicioso de estupidez y que no piensan más allá del alcohol, el sexo, la comida y los veranos enfiestados. Nunca compartí la opinión. El embarazo de Amapola es la prueba de que todo se acaba en un punto, que siempre hay algo que te fuerza a cambiar. La mayoría de los chicos a esta edad tiene deparado un trabajo y responsabilidades en el futuro, una familia y nuevos valores. ¿Por qué no deberían disfrutar su juventud como quieran? No es un desperdicio, es crear recuerdos y vivir libre de obligaciones que llegarán luego como una bofetada en el rostro.

Para Abelia, llegaron antes.

Fingimos que todo estaba bien cuando salimos de debajo de las gradas. Nadie se dio cuenta, pero no pude alejar el pensamiento de que estaba sentado junto a una adolescente embarazada. Estoy nervioso y asustado por lo que ocurrirá y ni siquiera soy yo el que carga un bebé en la tripa.

Tal vez ella tenga razón y es masoquista de mi parte involucrarme en esto, pero todos necesitamos un sistema de apoyo. Siempre que tuve un inconveniente mi familia y Ramón estuvieron ahí. A veces ni se enteraban que tenía problemas, pero sabía que eran mi sistema de apoyo. Amapola no tiene la seguridad de que su familia y Ralph serán su sistema, porque lo típicos problemas que a uno lo pueden abordar casi nunca vienen con el regalo de la cigüeña.

Me digo que, hasta que no le cuente a nadie más y obtenga respaldo, estaré para ella. Aunque me doliera algo de esto no soy capaz de salir corriendo y dejarla sola. Como dice la abuela, mejor irse de vacaciones sabiendo que alguien de confianza alimentará al perro a regresar y que lamentablemente ya no haya perro.

—Kassian, ven con nosotros adelante. —Ralph abre la puerta del copiloto de su camioneta para Abelia y la sostiene para mí también—. Espero que hayas disfrutado del juego.

—No entendí nada. No sé las reglas y no hago deporte. Siendo sincero solo aplaudía cuando los demás lo hacían. —Hablo sin parar porque el tipo aún me pone nervioso, por más bueno que sea.

—Seguir la corriente es un buen instinto de supervivencia —reconoce con un guiño. Al entrar en el vehículo olvido agachar la cabeza y me golpeo con el techo, demasiado bajo para alguien de mi altura—. Aunque no sobrevivirás mucho con esa clase de descuidos.

—La torpeza de Kassian lo obliga a vivir en modo supervivencia desde que nació. —Ramón rebota con ánimo en el asiento trasero mientras Sobb le grita que se quede quieto—. Oye, Ralph, ¿por qué no estás yendo a emborracharte para celebrar con los demás? Fuiste la estrella del partido.

—Las estrellan necesitan recargarse para seguir brillando, amigo. —Apoya los codos en la ventanilla a mi lado para agachar la cabeza y ver el interior—. Solo quiero tomar una ducha y relajarme con la chica de cabello púrpura.

Ramón, aún con su peluca de tal color puesta, le muestra las garras.

Comparto una mirada con Abelia, preguntándome si le dirá esta noche. Hay miedo en sus ojos, pero decisión. Ralph no sabrá lo que es relajarse nunca más en su vida porque va a tener un hijo.

Es la prueba de que a veces a los que tienen lo que quieres les sale el tiro por la culata.

Lo que grito para tenerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora