Todavía debemos decirle a mi padre y a la madre de Ralph, e ir al doctor, y hacer cientos de cosas más, pero es la primera noche que me voy a la cama y me permito abrir Google. Mil preguntas revolotean en mi mente, pero no dejo de pensar en que él se refirió como «Él» o «Ella» esta tarde.
Nunca había pensado en el error como un él o una ella hasta ahora.
En lugar de buscar sobre hormonas, leche materna, enfermedades genéticas, cesáreas o partos naturales, opto por buscar nombres para niños y niñas.
Mientras me deslizo por la lista en la oscuridad de mi habitación, la realidad me golpea de verdad. Mis ojos se cristalizan y lo digo en un susurro:
—Voy a ser mamá.
Al ponerlo en palabras, sí no hay vuelta atrás.
Estoy asustada como la mierda, pero también siento una chispa de algo mejor que eso.
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Lo que grito para tenerte
Novela JuvenilCallar trajo problemas y hablar no bastó. Es hora de gritar a los cuatro vientos lo que me susurra el corazón.