Líquidos || Boku No Hero y tú

10

Maki

¿EH? ¿POR QUE NO SE MUEVE?

Me encontraba en las gradas con los demas viendo atentamente el primer encuentro. ¡Izuku no se movia! ¡Ni un pelín!

— ¡Deku! —Gritó Ochaco.

Y sin más empezó a caminar hacia la salida.

— ¡¿Le hace caso al parlanchin?! —Pregunta incrédulo Kaminari.

— No tiene sentido. —Soltó Iida.

—¡Y eso que le advertí!

Miré a Ojiro confundida.
¡Oh cierto! Me habian advertido de él.

¡Shinso! ¡Él tambien me miró minutos antes! ¡El era el del lavado del cerebro!

Me levanté y apoyé mis brazos en la silla delante mío, inclinandome.

— ¡Midoriya! ¡Muevete! ¡Sal del maldito trance! ¡DEKU! —grité con todas mis fuerzas.

— cállate, tonta. Y sientate bien. Los  inútiles de atras tuyo no paran de babear con la imagen que estas dando en esa posición —escupió Bakugo.

— ¿Ah?

Este volteó su mirada a mi unos segundos para dirigirla atras mío.

— ¡¿Que tanto miran?! ¡Mueran! —lanzó una pequeña explosión asustandolos, haciendolos correr— Tsk.

Reí.

— Gracias, Kacchan.

Le sonreí pero volteó su mirada bruscamente para ver como Deku perdía injustamente.

— Si no sale del trance...— Habló Shoto.

— ¡Saldrá! Lo sé.

Solo estaba a unos centímetros.

Inspiré con todas las ganas del mundo, llenando mis pulmones.

— ¡Midoriya! —grité alargando la "A".

Un ruido seguido de polvo fue lo que se vio.

Luego sus dedos morados.
¡Sí!

— Con ese golpe salió del trance. —Ojiro habló  feliz.

—Es increíble. —Tenya.

—¡Vamos Izuku! —Alentó Uraraka.

— Te lo dije, Aki.— Mire sonriente a este.

—¡Eso es Midorya! ¡Vamos! ¡Sí! — Levantó los brazos Kirishima.

Deku lo habia conseguido. Habia expulsado a Shinso fuera de la línea.

Todos gritamos y felicitamos a Deku.

Este estaba muy feliz.

Corrí lo más rápido que pude mientras Mic comentaba lo sucedido.

Mis piernas parecian que iban a desparecer pero lo logré.

Midoriya seguía alli parado, mirando al público feliz y algo incrédulo.

Corrí y este se volteó al escuchar unos pasos; Me tiré a él abrazandolo fuertemente.

— Lo lograste —susurre en su oído feliz sin dejar de abrazarlo—. Al fin, Izuku. Lo lograste. Tu madre debe estar muy feliz en estos momentos viendote ganar —apreté el agarre—. Y yo también.

Este, a los pocos segundos, correspondió mi abrazo con fuerza.

— Gracias, Maki. Escuché tu grito y junto a otra cosa pude despertar. Lo logré gracias a ti... Lo... Logré.

— ¡Sí! Pero más por ti que por mí. Es tú victoria, bobito.

Me separé y le sonreí.

Reimos felices y truinfantes

— ¡Felicidades! Ahora vete a curar esos feos dedos destruidos. El próximo encuentro estará por empezar.

Este asintió y se marchó.

Yo me acerqué a Shinso.

Este seguia en el suelo con una cara difícil de descifrar.

Le extendi mi mano, este la miró unos segundos y luego la aceptó.

— Tienes un increíble y admirable don, Shinso. Fue una entretenida batalla. Estoy segura que ganaras mucho.

Este me miró atento.

— Gracias. Aunque perdí.

Le sonreí y negué.

—No todo es perder, yo no veo que hayas perdido. Veo que aprendiste tus puntos debiles y ahora puedes mejorarlo —este se quedo mirándome intrigado—; aunque sí, perdiste.

Reí al final.

Este sonrío negando.

— Eres interesante, Maki. Muy interesante y transmites buenas energías. Nos volveremos a ver.

Y se fue.

— ¡Cuando gustes!

Salí del campo de batalla sin perder segundo alguno, si bien no deberia estar aquí ya que estaria por comenzar la proxima batalla... Me daba igual, aun habia tiempo, je.

No me di cuenta que aun seguia con el uniforme de porrista.

Rápidamente fui a quitarmelo, era cómodo pero no era la ocasion ni el momento para usarlo.

Fui al vestidor y divise mi ropa.

Perfecto.

Oh, que pereza me daba.

Bufé.

Caminé a rastras y como pude cambié de uniforme.

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¡Hola y adiós!