Líquidos || Boku No Hero y tú

56

Maki

— Entonces, yo los ayudo y cuando finaliza el concierto, largo pequeñas gotitas de agua. ¿Entendí bien?

— Perfecto. —Habló Aki.

— Entonces podemos tomar un descanso...—Me desplomé en la mesa cerrando los ojos.

—Levantate —Ordenó Shoto. —. No me ignores Maki, hey —Sentí su respiración cerca por lo que abrí los ojos como platos—. Levantate ahora o vas a ganarte una pelea conmigo.

Me levanté al instante, sentándome derecha y sientiendome acalorada. El tono de voz que utilizó no fue para nada común en él...Fue... como si estuviera disfrutando el provocarme o el simple hecho de jugar conmigo.

— ¿Que pasó? —Preguntó Kirishima al llegar del baño y verme en este estado.

— Shoto le dijo algo.

— ¡Sero! —reproché y este rió.

— Como sea —finalizó confundido Kirishima—. ¿Ya se pusieron de acuerdo?

—Así parece. Koda ayudó bastante.

—Genial, entonces iré a avisarle a Jiro y preguntarle unas cosas.

Asentí mientras veia como se marchaba.

Mis neuromas parecen haber recordado que Aki se encontraba a mi lado y segundos antes la escena que viví.
Mi mirada se movió lentamente hacia este mirandolo, el cual me miraba serio pero con una mini sonrisa.

Asustada me levanté yendo con Kirishima.

¿Esa es Eri? ¡Sí, lo es!

— ¡Eri! —grité acercándome y agachandome para estar un poco a su altura— ¡Hola pequeña!

Esta salió del escondita detras de Togata y me miró.

— Maki...

— Ah, con que tu eres Maki. Al fin podemos conocernos correcatemente. Soy Togata, un gusto —extendió su mano animado.

— Maki. Un gusto Togata —Sonreí tomandola amable.

Este se rascó la nuca nervioso y habló.

— Gracias por lo de aquella vez. Por salvarme...

— No fue nada, lo haria de vuelta si es necesario —le sonreí tierna y este se volvió a rascar la nuca algo avergonzado y riendo.

— Y tu pequeñita... ¿Como has estado?

— Bien. Gracias por salvarme...

— Volveria a hacerlo por ti —le guiñé un ojo y me reincorporé—. ¿Que hace aqui, Eri?

— Vine a mostrarle la U.A. Vamos a recorrer todo el lugar, ¿Cierto pequeña Eri? —esta asintió—. ¿Quieres acompañarnos?

— ¡Claro-

— que no — miré a Kirishima confundida—. Es decir, no puedes...Tienes que terminar de ayudarnos con la puesta en escena y todo eso —habló nervioso.

— Oh, claro. Los últimos detalles...—Miré a Togata triste—. Lo siento...Debo terminar unos ajustes con este tonto —señalé al pelirrojo y el rubio rió.

— Descuida. En otra ocasión será.

—Espero que no...

Miré a Deku. ¿Escuché mal o mi mente ne esta jugando una mala pasada?

— ¿Dijiste algo Deku?

— No, claro que no. ¿Por qué?

— Ah, nada... Debo estar escuchando cosas que me imagino —reí—. En fin, un gusto volver a verlos a los dos —les sonreí y me di vuelta, volviendo a entrar—. ¡Cuidense! Debo volver a trabajar.

— ¡Nos vemos, Maki! —gritó Togata.

Era un buen chico... Era atento, animado y buena persona. Me cae bien.

Deku

— Yo te acompaño, Togata.

Este me miró y asintió sonriente.

— Gracias, Deku.

(...)

— Se ve todo más animado... Esta en evidencia que se acerca el festival, ¿Cierto Deku?

— Sí. Nosotros daremos un gran concierto con bailes y todo. ¿Quieres venir a vernos, Eri?

— Sí...Me gustaria.

— Entonces iremos —aceptó Togata—. ¿Tambien estará Maki?

Esa pregunta revolvió algo en mi interior. ¿Que es esa clase de pregunta? Ademas, ¿por qué la hizo?

— Sí —respondí algo inseguro, y luego mi curiosidad me ganó—. ¿Por que preguntas?

— Ah, es que quiero conocer mejor a la persona que salvó mi vida —rió—. Hay que ser agradecidos.

Volví a relajarme. Conque solo era eso... Por un momento me asusté.

— Ella es muy agradable, siempre le cae bien a todo el mundo.

— Oh si, lo noté. No paraba de sonreír incluso cuando yo no podia mantenerme de pie por el dolor. Ella me decia: Aguanta, no vas a morir aquí, te lo prohibo. Y muchas cosas así, me daba animos. Es buena gente.

— Lo es —solté pensando en ella y una sonrisa boba se me escapó.

— No me digas...¡¿Te gusta ella?!

— ¡¿Eh?! ¡Claro que —bajé la voz avergonzado—...Si...

— ¡Eri! Deku esta enamorado —se burló tratando de hacerla reir pero ella ni se inmutó. Togata suspiró rendido.

— ¿Lo sabe? —me encogí de hombros—. Deberias decírselo, Midoriya. Tal vez luego sea demasiado tarde. ¡Yo te ayudaré!

•••
¡hola y adiós!