Capítulo 122.

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Después de estar un rato en la casa de sus suegros, Ryūko llevó a sus hijos a casa, hizo algunas cosas como el quehacer matutino pero aún no dejaba de pensar en lo otro, no sabía si esto iba a resultar bien.

Mientras tanto el héroe número uno de Japón estaba llegando a su recidencia, estába cansado, lidiar con villanos, extras, idiotas e incluso con los paparazzi que difaman mal su imagen.

Tenía ganas de explotarles la cabeza pero era un héroe ahora, tendría que mantener el control y preservar la calma aunque le costara hacerlo.

Ahora sólo quería descansar, ver a sus hijos y a su esposa, una vez que entró a su hogar fue recibido por sus dos niños.

— ¡Papi! — La pequeña ceniza abrazó a su padre.

— Hola par de enanos, ya estoy en casa — Sonrió de lado al ver a sus hijos.

— Bienvenido, papá — Dijo amablemente Ryūzaki.

— ¿Y su madre? — Preguntó Katsuki.

— Está en la cocina preparando la cena — Respondió Katsumi.

El cenizo mayor solo sonrió malvadamente mientras se acercaba a la cocina, sus hijos de regresaron en la sala a ver televisión.

Katsuki miró desde el marco de la puerta que Ryūko estaba de espaldas, ella había terminado de preparar la cena solo que aún no dejaba de pensar en lo de volver a ser héroe.

Era algo complicado, Ryūko llevaba mucho que no usaba su Kosei, solo pocas veces lo usaba y esta vez tenía una oportunidad más ¿No sería mala idea seguir con su sueño?

Pues estaba dispuesta a volver a la acción aunque sea en el anonimato y en misiones pequeñas pero con tan solo salvar a la gente y usar su Quirk para algo bueno era lo único que necesitaba, quería que la ciudad y el mundo fuera seguro tanto para sus propios hijos como para los demás que ella aprecia.

En eso sintió como salió de sus pensamientos al sentirse aprisionada suavemente por los fuertes brazos de Katsuki quien la tomó por sorpresa.

— Oh bienvenido Katsuki — Dijo Ryūko sonriéndole.

— ¿Que haces tan pensativa? — Sonrió de lado susurrándole al oído con su voz algo ronca pero a ella le encantaba escuchar su voz.

— Nada solo pensaba — Respondió Ryūko — Hice tu favorito, Katsuki — Comentó cambiando el tema.

— ¿Tiene ají? — Preguntó Katsuki.

— Tú sabes que si — Sonrió ella.

En la cena estaban los cuatro juntos, la pequeña Katsumi hablaba de su dia en el preescolar, ella era muy alegre al jugar con sus amigas y amigos, era todo lo contrario a su padre, también Ryūzaki siendo alguien tranquilo y alegre.

— Ustedes solo se la pasan felices, par de enanos — Katsuki miraba a sus hijos, eran tanto parecidos como diferentes a él, tal vez saliron más a Ryūko pensó, pero aún así los ama.

— ¿Y como estuvo tu día, papá? — Preguntó Katsumi a Katsuki el cual solo dejó de lado los corajes que hizo en la mañana por lo de los chismes y los artículos, sólo contando lo importante.

— Bien, estuve pateando traseros, aguantando extras, todos igual que siempre — Comentó Katsuki como si nada.

Ryūko se mantuvo neutral, tal vez Katsuki no le tomaba importancia a los artículos pensó ella.

(...)

Al terminar de cenar todo fue como siempre era en la rutina diaria de Ryūko, hacer que sus pequeños se fueran a bañar, se lavaran los dientes y a la cama mientras también ella hacía lo mismo, Katsuki se había ofrecido a lavar los platos está vez ya que su esposa estaba ocupada con sus enanos.

La peliazul estaba con los ojos cerrados en la ducha mientras tenía sus manos en sus hombros masajeando aquella zona ya que se sentía un poco tensa, las cosas eran neutrales pero en este momento se estaban pasando a ser un poco difíciles.

¿Mentirle a Katsuki?

Eso le desagradaba pero no podría desperdiciar otra oportunidad más para usar su Kosei para algo bueno, además no sería el centro de atención está vez sino que serían trabajos secretos y eso era lo bueno.

No había nada de malo...¿O sí?

Ella estaba sumida en sus pensamientos pensando en como llevaría la nueva situación en la que iba a empezar apartir de  mañana pero sintió unas manos traviesas en su cintura.

— ¿Ya los enanos están dormidos? — Susurró en su oído mientras sonrió levemente.

— Si ya se durmieron — Respondió Ryūko mientras que también sonrió un poco.

— Oye no me contaste como estuvo tu día del todo — Comentó el cenizo mientras tomaba el shampoo para aplicarlo en el cabello de Ryūko — ¿Ya te lavaste el cabello?

— No apenas tenga estaba por hacerlo — Dijo ella para luego sentir como su esposo le lavaba el cabello — Y sobre mi día no creo que sea tan importante.

— Oh vamos, casi no pasó el tiempo en la casa por lidiar con malditos villanos y el poco tiempo que estoy aquí solo paso tiempo con enanos pero contigo no — Dijo terminando de enjabonar la larga melena azul oscura de Ryūko.

— Lo sé, bueno mi día fue muy normal, fui al gimnasio, fui por nuestros hijos a la escuela, visité a Mitsuki-San — Comentó Ryūko.

— Lo del gimnasio puedo verlo claramente  — Sonrió ladino al terminar de lavarle el cabello azul.

— Si — Ryūko rió un poco — Aunque tal vez mañana haga más cosas — Comentó.

— ¿Como que? — Preguntó curioso.

— No lo sé, solo digo que de repente podría ocuparme en algo más — Respondió con naturalidad, no le gustaba mentir pero esta vez sería por algo que le importaba mucho.

— Bien.

— Ahora es mi turno de lavarte el cabello, Katsuki — Ella se acercó tomando el shampoo para lavarle los cabellos cenizos a su esposo — Y cuéntame Katsuki ¿Solo peleaste contra villanos o hiciste algo más?

— Solo hice rabietas aguantando extras más que villanos todo el día más bien toda la semana — Gruñó estresado.

— ¿Estás tenso? — Preguntó ella — ¿Quieres un masaje? — Rió la peliazul una vez que terminó de lavarle el cabello y el cenizo colocó la cabeza en donde estaba saliendo el agua de la ducha.

— No me vendría mal un maldito masaje — La miró de reojo cuando sintió las manos de Ryūko en sus hombros.

— Vaya, si estás muy tenso — Comentó ella al momento en que empezó a masajear sus hombros notando que había mucha tensión acumulada.

— Es por qué tú no lidias con tantos extras — El cenizo en realidad estaba cansado por todas las semanas de trabajo y también por los paparazzi que estuvieron publicando esos artículos sobre Ground Zero.

— Si, se a que te refieres Katsuki, al menos lo soportas siendo el número uno como siempre — Ryūko siempre intentaba darle ánimos en esas veces en que tenían la oportunidad para platicar como ahora.

Para ambos ver cómo pasaba el tiempo y las cosas cambiaban era extraño y tan lejanos, hace unos años eran unos adolescentes luego Ryūko tuvo a Ryūzaki y después llegó Katsumi. Ambos amaban a ese hermoso par de cenizos oji-azules pero no siempre había un tiempo en que se pudiera tener felicidad eterna, siempre estaba en escasos momentos.

(...)

A la mañana siguiente todo transcurrió igual, Ryūko preparó el desayuno de todos y luego llevó a sus hijos a la escuela mientras Katsuki fue a trabajar. Se quedo sola como los demás días pero esta vez iría a la agencia donde la estaba esperando su amigo Shoto junto con Phantom.

— Bienvenida Ryūko — Dijo el hombre de las mitades al ver a su amiga — ¿Estás lista?

Ryūko venía con su vieja maleta donde yacía su traje de héroe, por suerte aún le quedaba perfecto a la medida después de años.

— Estoy más que lista Shoto — Respondió con gran seguridad, estaba emocionada por esta nueva oportunidad.

BlueFlame [BNHA] {Bakugou Katsuki}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora