Capítulo 9

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- ¿Así está bien? - dijo Rayla estirando sus brazos en forma de T

- Si, no te muevas - le indicó Frankenstein

Rayla miraba hacía el frente con su típica cara de póquer, mientras Frankenstein le miraba tomado notas en sus papeles.

- ¿Qué hacés Rael? - preguntó Rayla al ver a Rael buscando algo en el suelo

- Rael esta leventando unos papeles - explicó Frankenstein, dándole a Rael una mirada rápida

Rael había pedido quedarse en el laboratorio mientras Rayla era evaluada por Frankenstein, sin embargo, le habían pedido ser de ayuda mientras estaba allí, para que no sólo mirara la situación.

- ¿Ya terminamos? - cuestionó Rayla, parecía impaciente

- Una última prueba y podrás irte - dijo Frankenstein ajustándose las gafas

Rayla guardó silencio, solo miraba fijamente hacía donde estaba Rael, de vez en cuando él también la miraba con curiosidad, aunque no lo dijera estaba preocupado por ella y por como se había desmayado después de hablar con el rubio.

Luego de unos cuantos test más, Rayla esperaba sobre la camilla los comentarios de Frankenstein, balanceaba sus piernas lentamente, mientras jugaba con la orilla de su camiseta blanca que cubría su pequeño short gris. Rael la miraba atentamente, descubriendo que la ropa de Rayla seguía parcialmente desabotonada, dejando expuesto su estómago, Rael pudo ver que en esa parte de su cuerpo tenía una enorme cicatriz, torció la boca con disgusto pero no dijo nada, solo se acercó a ella para abrocharle la camiseta.

- Cuando terminas debes cerrarte la ropa - dijo mientras abotonaba la ropa de Rayla

- No se hacerlo - explicó - normalmente solo cambio de ropa con mi poder

Rael solo le miró algo preocupado, después de abotonar el último botón desvío la mirada, Rayla solo ladeo la cabeza. Frankenstein que había observado de reojo aquella escena sonrió algo divertido, nunca pensó que vería al líder del clan Kertia, uno de los más orgullosos, avergonzado y en plan de ayudar por cuenta propia.

- Con esto la descomposición celular deberá detenerse - dijo Frankenstein acercándose a Rayla con una jeringa en mano - una vez que tus células estén en la mayoría restauradas podremos iniciar el verdadero tratamiento

Rayla asintió. Frankenstein destapó la jeringa y con ayuda de Rael le aplicó la mitad de la inyección en el brazo derecho y la otra mitad en el izquierdo. Después de tratar la pequeña herida que había dejado la aguja, les dio vía libre para que pudieran regresar a la sala.

Con ayuda de Rael, Rayla se levantó y le siguió en silencio. En el camino Rael le miraba de reojo mientras Rayla solo le seguía diligentemente, agarrada a una de las mangas de su camisa.

- Primero hay que buscarte ropa nueva - habló Rael al llegar a la sala

- Lo siento - dijo Rayla

- ¿Por qué? - cuestionó Rael con curiosidad

- Podría cambiarme pero agotaría mi vida

Rael se detuvo al instante, dio media vuelta y poniendo su mano derecha sobre la pared le cerró el paso a Rayla.

- Tienes razón, por eso te queda prohibido usar tus poderes

- ¿Qué?

- Que no usarás tu poder mientras podamos ayudarte...

Rayla ladeo la cabeza, luego de mirar la cara de preocupación y determinación de Rael asintió con la cabeza. A Rael se le escapó una sonrisa de satisfacción, Rayla estaba apunto de hacérselo notar cuando una voz alegre les llamó la atención.

Una Noble Humana...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora