Capítulo 61.- Cerrando Ciclos

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Woah! Que frío — sonrió Shinwoo al mirar por la ventana de su habitación — ha pasado un año sin darnos cuenta... el próximo año — rió — ya quiero ver a Rayla y Rael el próximo año

— ¿Qué estas balbuceando? — preguntó Ikhan entrando en la habitación — te estamos esperando abajo para ver el conteo

— Es verdad! Que lastima que no pudimos contar con ellos, Rai seguro se emocionaría

Ikhan sonrió en respuesta y ambos bajaron a la sala de estar, donde dos hermosas chicas sonreían envueltas en gruesas mantas blancas, mientras miraban televisión.

— ¡Cuando sea la hora, contemos todos juntos! — exclamó Shinwoo con mucha emoción

Sus compañeros no pudieron estar más de acuerdo y en medio de aquella noche fría, esperaron el final de aquel año. De altos y bajo, sonrisa y lágrimas, recuerdos que perdurarán en sus corazones.

...

Rayla empezó a temblar, Felia gruñó.

Aquella delgada figura se balanceo frente a sus ojos, mitad humana y mitad androide. Su rostro de porcelana pero su mirada muerta, era su mismo rostro, siendo la muñeca bizarra que alguna vez quiso medio mundo. Aquellos cabellos negros ondearon y la luna los acaricio con su luz.

Rayla apretó los puños y sin dudarlo un segundo más balanceo su muñeca y la cabeza de porcelana rodó hasta los pies de Coker. Este se paralizó, no esperaba semejante reacción eso estaba más que seguro.

Esa cosa, no soy yo

Coker sonrió, con nerviosismo y diversión. Rayla apretó los labios y dio un paso al frente, al instante sintió un liquido viscoso atrapando sus extremidades.

Felia, ¿qué estas haciendo?

— No puedo, no voy a dejarte hacerlo — balbuceo, Rayla entrecerró los ojos, Felia levantó la mirada dejando ver un  rostro lloroso — no puedo más, ya no...

Sus ojos se dirigieron más allá del rostro de Rayla, buscando detrás de aquella barrera, cuando encontró a esos ojos cómplices, estos solo asintieron con una triste sonrisa.

Déjame — sus manos viscosas se pegaron a las mejillas de Rayla, envolviendola hasta que dedujo que habían pasado quince segundos — lo siento, yo-

Rayla ladeó la cabeza, observando como Felia se deslizaba hasta el piso con una mirada de tristeza y culpa que la devoraba, pero, ella no podía entenderlo.

¿Por qué Felia se disculpaba? ¿Por qué le miraba como si le debiera la vida? ¿Por qué?

De repente, miles de imágenes cruzaron por su memoria, una a una, provocándole una mirada de sorpresa y a la vez de entendimiento. Ahora sabía porqué, Felia había actuado de esa manera la última semana.

Siendo tan dulce y servicial, ayudando en lo que podía y dándole lindos consejos, desapareciendo de vez en cuando pero, ella...

Lo siento, lo siento — repetía Felia, una y otra vez con  dolor en su voz

Coker se limitó a mirar, no quería intervenir y recibir otro ataque sorpresa. Después de todo, tenía casi todo listo y su plan podía esperar.

Felia

— Yo lo siento! Tomaré tu lugar ¿de acuerdo?

Rayla negó.

Felia sonrió con incredulidad.

Una Noble Humana...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora