Capítulo 48

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- ¿Exactamente que significa eso? - dijo Frankenstein mientras seguía con su tic nervioso de pisotear el tapete - digan algo!

Ambos nobles temblaron ante su voz, Rael solo suspiraba mientras desviaba la mirada. Ahora pensaba que tal vez no había sido una buena idea traer a Rozaria y Ludis, después de todo había creado un plan para explicar todo, pero ahora... simplemente todo se fue por un tubo.

- Esto...

- Rayla no se puede casar! Aún es muy chica - gruñó, Raizel quien estaba en un sofá personal asintió

Ningún noble habló, mucho menos Tao esta vez. Primero que nada, ellos querían saber cuanto era "chico" en términos de edad para ellos.

- Lo que importa ahora es que Rayla esta casada

- Comprometida - corrigió Rael en un susurró

- Pues descomprometanla! - gritó Victor aprisionado el delgado cuerpo de Rayla entre sus brazos

- ¿Puedo hablar? - preguntó Rayla en medio de su cariñoso estrangulamiento

- Por favor - Frankenstein se clavó, secretamente, las uñas para mantener la calma

- Primero que nada, aun tengo hambre - todos sintieron un sudor frio corriendo por sus mejillas - segundo, ¿me casé o me comprometí? - sus ojos brillaron con curiosidad - último, ¿qué significa eso?

Frankenstein mordió con saña la uña de su dedo pulgar. Raizel solo se le quedó mirando. El silencio era demasiado molesto para todos.

- Rayla ¿No recuerdas lo sucedido?

Rayla negó ante la pregunta de Raizel. Una risita nerviosa resonó en su cabeza y Rayla le llamó.

- "Sal de allí ahora, necesitamos hablar"

"No, tengo sueño"

- "Felia"

"Estoy dormida" insistió la voz, Rayla no pudo hacer algo más que mirar a Rael en busca de ayuda. Pero este solo le devolvió una mirada de disculpa. Él mismo sabía que había apresurado todo solo por llevarle la contraria a Felia.

Incluso después de hablarlo por una hora completa, Frankenstein no había dejado su nerviosismo de lado. Le había tomado cariño a Rayla, internamente se decía que si esa era la misma sensación de ver como se llevaban a tus hijos, estaba más que contento de nunca haber tenido hijos propios, ahora Rayla era su adoración y por quien en ese momento no paraba de mal mirar a un noble.

- ¿Me esta mirando? - susurró Rael a Rayla con disimulo

Rayla miró sobre el hombro de Rael mientras secaba su cabello, luego bajo la cabeza.

- Te mira con una expresión muy seria

Rael soltó un largo suspiró, ocultando su rostro entre sus manos. Rayla siguió jugando su cabello hasta que estuvo parcialmente seco.

- ¿Y? - ladeo la cabeza - ¿Qué se supone que hacen las personas casadas?

- Pues... - Rael lo pensó un poco, recordó cierta cosa que vio en un anuncio de su móvil y se sonrojo - no, eso no, nosotros no tenemos que hacer eso

- ¿Eh?

"Parece que nuestro Rael ha pensado de más" rió Felia. Rayla solo frunció el ceño, realmente tenía ganas de sacudir a ambos mientras decía "digan las cosas completas, no a medias" pero era una persona tranquila, así que esperaría pacientemente por una respuesta.

Una Noble Humana...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora