Capítulo 32

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- Rayla!

Frankenstein había llegado al lugar acompañado de Raizel, Raskreia y el resto de los nobles que se habían quedado en el palacio. Felia ni siquiera volteó, lanzó una feroz mirada a Zaire y luego apretó la mitad del brazo derecho que le quedaba.

- Zaire - gruñó

- No puedes enorjarte - acertó a decir, al mismo tiempo que dejaba caer el brazo de Felia a la arena - una mano - dijo mostrando su muñeca izquierda - medio brazo - apuntando hacia el brazo de Felia, sonrió - es cuestión de equilibro

- ZAIRE!

Zaire dio un paso hacia atrás, los feroces ojos rojos de Felia no le daban mucha confianza como antes. Apretando los puños se dio la vuelta agitando el brazo sin mano que tenía.

- No tiene sentido si ambos morimos aquí, te veré luego...

- Zaire!

- ... ¿Qué? - mirando de reojo, espero las palabras de Felia

- No tendré piedad... díselo

Zaire dibujo una distorsionada sonrisa en sus labios, para luego salir corriendo y zambullirse en el mar.

Felia cayó de rodillas, sin embargo, poco duró su pequeño drama para luego ponerse de pie.

- Felia! - gritó alguien

Felia volteó, sus ropas estaban en mal estado, la camisa blanca que llevaba estaba rasgada dejando a la vista su plano abdomen, sus mejillas estaba pintadas de un rojo carmesí que salían de unas pequeñas cortadas. Sonrió, echó su brazo mutilado detrás de ella y se acercó al resto.

- Hola, llegan tarde - saludó

- Felia! - reprendió Frankenstein con el ceño fruncido

Por inercia Felia retrocedió, sonrió de nuevo y se dio la vuelta.

- Sujetense, ¿Quieren?

Nadie dijo nada, ni un "Um" de aprobación. Felia camino hacia uno de los androides destruidos, rozando la palma de su mano izquierda creo una delgada línea donde su sangre buscó, desesperadamente, la libertad. Con calma creó una bola de sangre, la cual escurria por sus dedos, pero no se molesto hasta que esta tuvo el tamaño adecuado. Luego la lanzó.

La bola de sangre explotó al cochar con la insignificante barrera que quedaba, hilos e hilos de sangre corrían por la barrera destruida, pronto el lugar fue iluminado por una tenue luz roja y el suelo comenzó a temblar.

Quizás por que eran nobles, quizás por que ninguno era del todo humano, solo sintieron un leve temblor. Pero, luego de un par de minutos el suelo pareció asentarse. Y Felia por fin suspiró.

- Es suficiente - soplando uno de sus cabellos camino hacia Frankenstein con una sonrisita coqueta - ¿Me atiendes?

- Felia... ...

- ¿Qué haz hecho?! - exclamó Raskreia luego de salir del shock momentáneo que el aspecto de Felia le había dado - Has movido la isla ¿No es así?

Felia suspiró y desvío la mirada.

- Dime! - ordenó Raskreia

Los nobles presentes no pudieron evitar estremecerse ante la voz fuerte que Raskreia había usado, sin embargo, Felia apenas y se digno a mirarla.

- Y si la he movido ¿Qué? ¿Me rogaras que la deje donde estaba? Te recuerdo que esos humanos ya saben esa ubicación, mover la isla solo aumenta las posibilidades de hacerles perder la ubicación

Una Noble Humana...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora