Capítulo 45

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En aquella plaza, sentada en una banca mirando al cielo, mientras tarareaba una melodía que se le había pegado semanas atrás, se encontraba Rayla.

Sus ojos color azul celeste reflejaban la brillantez de la luz del atardecer, el cielo rojizo con nubes bordeadas de un precioso tono dorado la sumergirán en una enorme y descomunal paz.

- Mirando a la lejanía, los días no parecen cambiar - susurró intentando imitar la tonada de la canción, sin embargo no le salía - ¿Qué se supone que haga?

"¿Sobre que?" Preguntó una voz en su cabeza, al parecer inconscientemente había llamado a Felia.

- ¿Lo escuchaste? - preguntó "¿Lo que hablaron Frank y tú?" respondió en pregunta, Felia - Si... ¿Qué crees que deba hacer? - dijo, mientras su mano derecha buscaba en el bolsillo de su falda - Dijiste que él era listo, pero solo logró confundirme - expresó jugueteando entre sus dedos un pequeño llavero "Jajaja se lo hubieras dicho, me imagino que tipo de expresión tendría" comentó, Felia, con un tono divertido

Rayla bajó la cabeza, miraba con detenimiento aquel llavero en forma de fresa con un rostro soñoliento. Recordaba con recelo el día que Rael le dio aquel colgante. Estaba tan calmada, pero algo le hizo perder la calma nuevamente.

- Felia - le llamó "¿Qué pasa?" Contestó ella algo curiosa - ¿Qué clase de respuesta me daría Rael, si le comento todo lo que hable con él? - preguntó, Felia no contestó, al parecer era una pregunta no sólo complicada para Rayla sino para la misma Felia también - No, mejor dicho... ¿Crees que Rael me vuelva a hablar? - susurró bajando la cabeza "... te hable o no... debemos cumplir con el favor que nos fue encomendado" le dijo Felia en tono duro "¿Lo has olvidado ya?" Rayla negó con la cabeza y luego miró el llavero con detenimiento - proteger... proteger a Rael Kertia, actual líder del clan Kertia

El viento sopló. Los sedosos y rubios cabellos de Rayla ondearon con ayuda de aquella ráfaga de viento.

"Los enemigos vendrán más fuertes de ahora en adelante, no lo olvides... tu única preocupación debe ser cumplir con ese favor". Rayla asintió al escuchar esas palabras resonando en su cabeza.

- Vaya, vaya... miren que tenemos aquí - se oyó de una grotesca voz masculina - linda señorita ¿Esta esperando a alguien? Porque si no es así, podemos... acompañarla

El asqueroso olor a colillas de cigarro y alcohol se coló en las fosas nasales de Rayla, provocandole casi al instante un estremecimiento de asco y repugnancia. Su vista se clavó en aquel joven de aspecto... normal, pese a que su olor no era agradable, el aspecto de aquel joven no era ni más ni menos que de un joven promedio, parecía portar un uniforme mal puesto al igual que sus amigos.

Rayla paseo la mirada una y otra vez, pero importandole poco la presencia de aquellos chicos había clavado su mirada nuevamente en el llavero de fresa con cara soñolienta. Al ver esta actitud, aquel joven altanero le arrebato el llavero, provocando una mirada de sorpresa y ansiedad en Rayla.

- Que cosa más horrible - expresó sin sentimiento aquel joven - señorita si vienes con nosotros te daremos un regalo más bonito - aseguró con una sonrisa lasciva

- Devuélveme eso - dijo Rayla poniéndose de pie - ahora

- Tsk! Te daré uno mejor si vienes conmigo - dijo en un intentó de convencerla

- Devuélvemelo - repitió Rayla, pero esta vez usando un tono más severo y extendiendo su mano a la altura de su pecho - ahora

- Quieres esto? Esto no sirve! - gritó con una expresión de rabia - No lo repetiré de nuevo... - sin piedad alguna había tomado del cuello a Rayla - vendrás con nosotros... te guste o no

Una Noble Humana...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora