Epílogo

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Ella brincó, de roca en roca y luego sobre el vasto mar. Sus cabellos negros ondearon con el viento y su rostro fue golpeado por gotitas de agua de mar. Pero esto no le importó, siguió avanzando hasta que se detuvo en un hermoso trozo de tierra que la recibió con cariño.

Sus ojos observaron la fina barrera que cubría la isla, con un suave movimiento creó una brecha y entró.

Sus pasos no eran tan firmes como antes, pero en su rostro se reflejaba una sonrisa.

¿Cuánto más debo caminar? Me duele todo — se quejó

"¿Por qué vinimos aquí en primer lugar?" Preguntó la voz en su cabeza.

He venido a ver a un viejo amigo — sonrió — pero es muy probable que ya no esté aquí

Sus pasos se detuvieron ante la voz de alguien, con sigilo se acercó a los arbustos y observó en secreto. ¿Quién estaba en esa parte prohibida de la isla? Supuso que después de que ella partiera era normal que su lugar fuera ocupado.

Su mirada seria se convirtió en una de alivio al ver que tan sólo se trataba de un rubio que conocía a la perfección: Ragar Kertia.

Saliendo de su escondite decidió saludar, pero vaya sorpresa se llevó al ver que el hombre iba acompañado de dos figuras similares pero más jóvenes.

H-hola Ragar... cuanto tiempo

Cuanto tiempo en verdad — respondió — ¿qué te trae por aquí?

— Vine a echar un vistazo, pero por lo visto el tiempo no pasa en vano — rió — ¿Cómo se llaman?

Ragar sonrió, pasando a presentar a sus dos jóvenes retoños.

— Mi primogénito, Rajak, y él es Rael

Ella sonrió de la mejor manera que pudo, pero el más joven solo le fulminaba con la mirada.

¿Por qué siento que me odia tu hijo más joven? — rió

— Él es así, no le tomes importancia — soltó

Entonces... creo que es hora de irme

— ¿No has venido por nada más?

Ella suspiró.

Venía por él, la barrera me impide percibir el aura de los que están dentro, pero ahora que estoy aquí... es claro que él no está ¿verdad?

En efecto, se fue poco después de ti

— Bueno.. no es como si solo me hubiera ido una semana, fueron casi trescientos años — rió por lo bajo — me tengo que ir

— Espera, hay algo que quiero pedirte

¿De qué se trata? — su curiosidad era más fuerte que ella, siempre lo había sido

Ragar solo le pidió que le esperará, dándose la vuelta, dejando a la joven y a sus hijos en el mismo lugar. Pero ella no se quedó con ellos, uno era muy serio y el otro se notaba que la quería asesinar.

Se refugió detrás de los arbustos y sobre una gran roca se dedicó a esperar.

"¿Quién es él?" Preguntó la voz en su cabeza

Un buen amigo de la persona, de la que siempre te hable

"Oh" soltó

— La verdad fue un susto de muerte conocerle — rió

Una Noble Humana...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora