Capítulo 40

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Rayla bajó las escaleras con el mismo animo con el que se va a un funeral, miró la caja entre sus manos, apenas y podía pensar en algo después de su charla con Felia.

- Yo... - suspiró

Cuando llegó a la sala de estar Real estaba delante de Seria con un semblante serio, Rayla se escondió detrás del muro sin saber el porqué de su acción.

Recordó, lo muy raro que había estado la semana que pasó. Todo parecía ir considerablemente bien, hasta que Shinwoo llegó un martes por la tarde con una media sonrisa y una invitación para Seira.

Rayla quería saber que eran esos llamados "celos", que sabor tenían y si se podían tomar a cualquier hora, pero cuando preguntó Tao simplemente estalló en carcajadas, Takeo le dijo que era un tema muy profundo que desconocía, por desgracia, y  M-21 se limitó a decirle "no sé de eso, ¿por qué no le preguntas a él? 

Obviamente le preguntó, para obtener un "dame una hora y luego te diré", cuando la hora pasó, Rayla obtuvo un delgado ensayo sobre los celos, su función en las relaciones humanas y la razón por la que no son comestibles. Claramente leyó la mitad, quería una explicación breve, no un testamento.

- Seira quiero hablar contigo - dijo Rael llamando la atención de Regis, quien entendiendo la situación dio un suspiro y con una pequeña mueca les indicaba a Takeo y a M-21 que le siguieran, ambos en silencio y sin refutar dejaron la habitación junto con Regis.

Rayla dejó sus pensamientos para después y escuchó.

- ¿De que quieres hablar Rael Kertia? - le preguntó Seira, sin siquiera vacilar

Rael apretó los labios, sabía perfectamente por qué quería hablar con ella, pero lo que no sabía era como abordar el tema.

- ¿Por qué sigues siendo así de amable con ese humano? - fue lo primero que salió de sus labios

Seira dio un suspiro, como si supiera como seguiría la conversación y como terminaría, era como si esa conversación ya la hubieran tenido cientos de veces.

- ¿Qué tiene eso? - dijo Seira como retando a Rael a decir lo que realmente pensaba

- Seira… tú aun me gustas… - susurró sin tener idea de que no eran los únicos en el lugar

- Lo sé  - dijo Seira - pero no eres mi tipo… - con franqueza declaraba para luego abandonar la habitación

Rael se quedó en silencio, mirando el piso, no había escuchado que Rayla se había escabullido a la habitación.

- Rael… - le llamó, él la miró con una expresión triste - ¿Jugamos? - preguntó ladeando la cabeza, mientras agitaba la caja de madera, que contenía piezas de ajedrez, que Frankenstein le había conseguido

- Ahora no Rayla - dijo con la mirada baja

Rayla le miró, ladeo la cabeza, no tenía idea de lo que realmente pasaba por la mente de Rael, ni siquiera podía imaginarse a que venía tanto escándalo por unas simples palabras. Pero, de algo estaba segura y eso era, que no le gustaba ver a Rael en ese modo.

Rayla coloco la caja sobre sus piernas y delineo con sus dedos los bordes redondeados de la caja, miró hacia Rael y dijo…

- Seira dijo… - aquellas palabras ganaron la atención de Rael, que la había mirado con sorpresa - que le gusta las personas buenas, que son leales a sus amigos, que sonríen, que protegen a la gente que quieren… y que son atentos al ambiente…

- Rayla - Rael le miró con una expresión que tenía pinta de sorpresa y a la vez de arrepentimiento - no importa eso…

- ¿Qué tal si en vez de decirle que te gusta, intentas ganar el corazón de Seira con acciones? - Rayla no miraba a Rael, tenía la mirada fija en la caja de madera, como si estuviese hablando con esta en vez de con Rael - Yuna dijo la otra vez, que a las chicas les gusta que los chicos sean amables y protectores, pero no demasiado… y sobre todo que les regalen tiempo cuando ellas lo necesiten - hizo una pausa, recordando el resto de sus palabras - y Sui dijo que a veces la gente rechaza a otra, por miedo a no ser suficiente para esta… aunque claro yo aún no entiendo muy bien sobre estas cosas - añadió con timidez y franqueza en su voz

Una Noble Humana...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora