Una Noble Humana...

Capítulo 58.- Remordimientos del pasado

- Ya llegamos! - anuncio Tao al momento de aterrizar el Jet

- Seré una cosa rara si me quedó así - comento Felipe dejando el juego de cartas con Hazel a la mitad - Rayla...

Rayla asintió, Felia se volvió una mancha oscura que se deslizó hasta los pies de Rayla y desapareció.

"Dormiré, busca algo bueno por mi" le dijo a Rayla en un susurró.

Cuando los cuatro abandonaron la pequeña pista de aterrizaje del lugar, notaron a la distancia una hermosa casita de playa. Tao los incitó a ir allí.

El lugar era animado y lleno de alegría, todos vestían ropas casuales. Incluso los nobles esta vez, llevaban un atuendo más relajado, camisetas blancas y unos shots negros que hacían juego. Por alguna extraña razón, Raizel llevaba un sombrero de paja dentro de la casa.

- Llegaron - saludó Takeo

- Sí! Estos irán a cambiarse ¿Verdad?

Los tres intercambiaron miradas, no veían la razón de cambiarse si ya estaban bastante cómodos, aun así lo hicieron.

La mañana fue bastante pacífica, Real y Rayla por cuestiones fuera de sus manos no pudieron intercambiar palabras. Shinwoo que los miraba en secreto aun seguía algo cohibido ante la situación. No había logrado hacerlos amigos, y ahora mismo parecía que estaban cada vez más distantes.

- Mi musa, vayamos a caminar por la playa - sugirió Victor al ver la oportunidad

Rayla no se opuso, pero pensaba que el sol era demasiado para ella. Victor obviamente estaba más preparado que cualquiera y ambos caminaron por la orilla de la playa con una pequeña sombrilla.

- ¿Qué pasa con el Doctor? - mustillo Shinwoo al verlos caminar - siempre anda mirando a Rayla

- No te metas donde no te hablan - añadió Ikhan mientras recogía la mesa

- Oh, he traído algunas cosas... ¿Qué tal si jugamos?

- ¿Qué jugaremos? - preguntó Yuna con una suave sonrisa

Sui solo les miro de reojo mientras seguía llenándose los brazos y cara de protector solar.

Shinwoo sonrió.

- Oh - Rayla se detuvo y tomó la pequeña concha que se encontraba a sus pies - Victor, ¿que tal?

Victor miró de cerca la pequeña concha y sonrió.

- Muy bonita - luego su sonrisa se desvaneció... aun recordaba las palabras de Frankenstein el día que Rayla fue rescatada

*Flashback*

- ¿A que te refieres? - cuestionó Victor a Frankenstein, mirando de reojo al moreno de cabellos blancos que se había quedado en completo silencio desde el inicio de la conversación

- Me refiero a que - Frankenstein se quitó las gafas, miró a la inconsciente Rayla y suspiró - ella no se va curar

- Imposible! Es imposible! Ella ha estado alardeando de eso cada que puede - la desesperación se podía apreciar en su voz

- Eso lo hace para no preocupar a nadie

Victor apretó sus puños con fuerza, el sentimiento de importancia le invadió. Había estado día y noche buscando, junto a aquellos dos, una solución para aquella que le dio otra oportunidad.

¿No era demasiado cruel? ¿Demasiado irreal?

No quería creerlo, debía haber algo que pudiera hacer. Frankenstein pareció leer sus pensamientos y le entregó un manojo de papeles.