Trece

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Tengo un largo camino por recorrer pero,
¿Por qué estoy corriendo en el mismo lugar?
Grito de frustración,
pero el aire vacío hace eco.
Espero que mañana sea diferente a partir de hoy.

-Tomorrow.

19:00 pm.

En el interior del reducido lugar, un hombre lava sus manos mirando con asco las paredes ¿Qué más se podía pedir de un baño público?

Con fuerza cierra el grifo que chilla con estruendo y seca sus manos en el pantalón porque el lugar carece de toallas de papel. Qué sucio y pobre era aquel baño público.

De pronto, cuando ya ha tenido suficiente de humedad aglomerada, éste se gira con la intención de salir de ahí a respirar aire puro o medianamente contaminado, pero la puerta se abre y deja entrar a un chico en apuros cubriendo su boca.

Asco. El chico acaba de vomitar escondido en unos de los retretes más alejados.

Sin pensarlo más, el hombre escapa de allí sintiendo la falta de oxígeno.

Apoyando las manos en ambos lados del retrete, Jimin vacía su estómago hasta que ya nada más sale de él. Se sentía enfermo y asustado. No podía estar pasándole de nuevo.

- No por favor – susurra para sí sintiendo un dolor agudo en su estómago – No otra vez...

Cuando comenzaba a faltarle el aire, tuvo la extraña sensación de estar flotando en un lago. Un lago sereno y de aguas cristalinas. Sentía que volaba.

Nuevamente está vestido de blanco, qué horrible color. Odiaba la simpleza, amaba los colores. Colores como los que vestía su paleta de dibujo esperando por él en casa.

Las paredes sucias del cubículo del baño han desaparecido y ahora se encuentra en una habitación vacía – ¿Qué...?

Todos afirmaban que era un lunático. Jimin sabía que era un desecho humano aunque la sociedad lo negara una y otra vez a lo largo de la historia. Su mente se encargaba de recordárselo seguidamente. Lo tenía claro.

Sintiendo comezón en sus muñecas y brazos, Jimin vuelve en sí luego de recordar aquel pasado que por más que deseara olvidar, no se iba. Lo atormentaba, lo asustaba y torturaba todas las noches. 

¿Y cómo no recordarlo si las marcas en sus brazos estarían ahí para toda su vida por mucho que las ocultase con maquillaje?

Jamás se irían, ni las cicatrices ni su mente retorcida.

La puerta de algún lugar se abre de repente y Jimin puede oír unos hombres entrar riendo, pero no les presta demasiada atención. Está demasiado concentrado en limpiarse la boca intentando tranquilizarse.

No dejaba de repetirse internamente que lo que había visto era falso. Claro que lo era, Jimin no podía volver a ver a tener ese tipo de ilusiones de nuevo, eso ya lo había dejado atrás.

Levantándose con pesadez, observa como el asqueroso vomito se va por el desagüe para salir y lavar sus manos. Hay dos chicos junto a él, pero no les presta atención.

Volverás ahí y harás como que nada pasó.

Fue solo tu imaginación.

No estás loco.

Y repitiendo las mismas palabras en su mente, Jimin abandona el baño para volver con sus amigos que aún no bajaban de la rueda de la fortuna.

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