INVENIET | KOOKV

Veintiséis

Crecí como una flor que no puede florecer en un sueño
Y que no puede hacerse realidad.

-Fake love.

17:30 pm.

En el aire, por sobre el río, invisibles sobre los vientos nuevos de primavera, volaba. Se elevaba como una paloma, se detenía en los árboles y bailaba entre las flores, bañándose sobre los pétalos cuando soplaba la brisa de manera tan hermosa que Tae quedaba hipnotizado observando la pequeña pelusa inyectada en polen que se dirigía directamente a la nariz de Jungkook.

- Me encanta la primavera – dice al mismo tiempo que Jungkook suelta otro estornudo tan estruendoso que causa eco en todo el lugar – ¿Qué estarán diciendo los pájaros? ¿Estarán felices porque ya es primavera?

Jungkook a su lado recostado sobre una roca con los pies metidos en el agua, le mira alzando una ceja. Taehyung siempre era así, siempre perdido en su mundo, siempre sonriendo y preguntándose de qué diablos estaba hecho el sol, la luna y las nubes. Siempre con la mente perdida en otro lugar muy lejos de la tierra. Taehyung era un soñador.

Porque Taehyung ni estando despierto dejaba de soñar.

Había veces en las que Jungkook se preguntaba si su novio venía de otro planeta – Supongo que sí.

Tae recuesta su cabeza en el sólido brazo del azabache sintiendo el viento soplar con fuerza haciendo que su fleco se despeinase. Ya le hacía falta un corte de cabello.

Observa a su novio cerrar los ojos a su lado. Parece cansado, pero no deja de lucir hermoso mientras respira lentamente con los labios entreabiertos. A Tae le entraban ganas de morderlos con solo verlos.

No puede evitar levantar su brazo y acariciar su pecho que sube y baja lentamente. El cabello de Jungkook huele a menta y Tae puede olerlo cada que el viento sopla en su dirección.

Se preguntaba qué estaría pasando por su mente... ¿Estaría pensando en su familia?

Jungkook no había dicho absolutamente nada sobre el tema desde el regreso de Busan y Tae no quiere presionarlo preguntándole acerca de ello. Aunque varias veces se ha tenido que morder la lengua para no tocar esa herida.

Por el contrario, Jungkook lo había entendido todo perfectamente. Sabía que para ser feliz todo dependía completamente de él mismo, así que por muy difícil y doloroso que fuera, decidió luchar para que su corazón se sintiera libre. Dejó de pelear con todo aquello que lo deprimía. Dejó de tomarle importancia a sus recuerdos perdidos y aterrizó a la realidad dejando todo atrás. Desde el momento en que comenzó a sonreírle a los problemas y aquel chico de sonrisa cuadrada le sonreía, su corazón se sentía feliz.

- Taehyung – le llama el menor con los ojos cerrados – No puedo verte, pero sé que me miras con pena. Por favor deja de hacerlo.

- ¿No puedo mirarte?

- Por supuesto que puedes, pero – Jungkook abre los ojos en su dirección – No con lástima. Que ya no tenga madre no quiere decir que esté solo. Te tengo a ti y un padre en alguna parte del mundo.

- Y dos hermanos.

- ¿Los tengo? – pregunta el pelinegro frunciendo el ceño – No recuerdo tenerlos.

- Kookie quizá ellos no son como tu madre y sí están arrepentidos de lo que hicieron – añade Tae apretujándose más contra el cuerpo del contrario.

Jungkook concentrado en una nube cruzar el cielo hace un intento gigante por recordar su familia – Sí, papá de seguro ya debe tener otros hijos por ahí.