Treinta y tres

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Quiero que creas en mí,
yo regresaré por ti algún día.
Algún día.

-Cristal snow.

19:55 pm.

- No tienes que hacerlo, Hoseok. Ya estoy bien – dice Jimin observando al nombrado tomar su bandeja con dos cafés en ella.

- Claro que no – responde el pelirrojo con una de sus más hermosas sonrisas – Te dije que yo podía cubrir tu turno esta tarde, pero aquí estás. Eres un terco. Si quieres hacer algo encárgate de la caja y no te esfuerces demasiado.

Jimin niega con la cabeza soltando una suave risa. Su amigo era muy insistente con el tema de permanecer quieto sin hacer nada haciéndolo sentir un vago.

Su fiebre se había esfumado ya hace tres días y Hoseok seguía pensando que estaba enfermo. Al parecer el único que se terminaría enfermando era él pues el lugar estaba caluroso, casi sofocante, y era algo típico de Hoseok usar camisas de mangas largas porque decía que lo hacían ver más formal.

- Está bien – suspira al fin caminando hasta la caja registradora.

Desde su lugar podía ver claramente al pelirrojo entregar su pedido a una de las mesas de la entrada y a su amigo el detective sentado al fondo con su maletín y un par de hojas regadas por la solitaria mesa. Parece concentrado y bastante serio leyendo unos documentos, sin embargo, Jimin no puede quitar la vista de él.

El sonido de la campanilla sobre la puerta no le desconcentra y no es hasta que una figura bastante alta se pone de pie frente a él, que quita los ojos del pelinegro.

- Jungkook – dice Jimin sorprendido de verlo completamente sólo. Sus ojos buscan rápidamente a su mejor amigo y al no encontrarlo le pregunta rápidamente – ¿Y Taehyung?

- En casa, con Yeontan – responde el azabache mirando de reojo a Hoseok que caminaba entre los pasillos.

- ¿Yeontan?

- Un cachorro feo que Tae hizo que adoptara – responde quitándole importancia con la mano – Dijo que se le apetecían unos muffins de acá y estaba demasiado cansado como para venir conmigo.

- ¿Y caminaste hasta acá solo para comprar unos muffins?

- El poder del amor, supongo – responde encogiéndose de hombros.

Jimin observa a Jungkook un par de segundos. El menor sonríe tan feliz enseñando los dientes y sus ojos brillan de manera tan hermosa que a él también le gustaría experimentar lo que debe ser estar enamorado.

- ¿Qué quieres Jungkook? – pregunta el rubio con mirada firme.

- Dos muffins de...

- ¿Qué es lo que quieres realmente? – le interrumpe.

- Dos...

- ¡No hablo de los muffins, Kook! – vuelve a interrumpir Jimin con un grito atrayendo la atención de varios clientes incluido Yoongi al final del pasillo.

- No comprendo – habla Jungkook tensándose al notar que el chico pelirrojo que tanto le molestaba se estaba acercando a ellos.

- Lo siento, no tenemos muffins – dice el rubio rápidamente sin mirarlo. Sus ojos estaban clavados en el detective que le mira con preocupación desde una esquina. Jimin le miraba con ojos llenos de dolor – Se nos terminaron.

- Jimin... – murmura Hoseok en voz baja llegando a su lado.

- Está bien – el tono de voz de Jeon hace notar lo cabreado que se encuentra, y luego de ver con sus propios ojos los muchos muffins que quedaban en la vitrina de cristal, camina hasta la salida soltando un bufido – Hasta luego.

INVENIET | KOOKV Donde viven las historias. Descúbrelo ahora