Cuarenta y cinco

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Estoy abriendo mis ojos en la oscuridad cuando los latidos de mi corazón suenan extraños.

-Answer: Love Myself.

07:15 am.

La luz de la mañana inunda su habitación cuando el sol hace su aparición. Jimin desvía la mirada desde la ventana entreabierta hasta su vientre. El brazo de Yoongi envuelve su cuerpo. Sus labios finos y rosados están un poco separados y unos suaves ronroneos escapan de ellos causándole mucha ternura. Tiene que controlarse para no saltar a besarlos y despertarle.

Con cuidado levanta el brazo del pelinegro escabulléndose por debajo de su cuerpo para salir de la cama. Cuando coloca con suavidad su extremidad sobre la almohada que tiene al lado gruñe un poco entre sueños, pero afortunadamente solo se estira sin despertarse.

Una vez de pie camina sigilosamente hasta el baño tomando algunas prendas a su paso y se da una corta ducha. Al salir, ahora con el pelo humedecido y vestido, Yoongi sigue dormido como un tronco. Al parecer llevaba días sin dormir con tranquilidad así que todo estaba a su favor.

Deja escapar un suspiro casi insonoro cuando camina hasta salir de la habitación y toma el móvil sobre la mesa de la cocina. Su mirada ahora está clavada en las frías baldosas bajo sus pies.

- ¿Hoseok? - habla en voz baja - ¿Tienes algo que hacer más tarde?

Sabía que era peligroso, pero debía intentarlo a solas. Por la noche algo raro había pasado. Un sueño extraño había aparecido, aunque para su sorpresa éste no le produjo ningún tipo de miedo a pesar de tratarse de uno bastante macabro. Era primera vez que le pasaba. Dedujo que con la presencia de su hyung se sentía mucho más seguro.

Jungkook le había hablado después de mucho tiempo, pero no quería atormentar a su hyung más con ese tema. Así que si algo salía mal le enviaría un mensaje rápido que ya tendría previsto. Solo esperaba que nada saliese mal.

Gracias Kook.

14:30 pm.

Otra vez ese hombre. Aparece todas las mañanas y todas las noches como si de verdad Tae tuviera apetito.

- Tienes que comer - le dice el señor Jung con un plato entre sus manos - Vamos hijo.

- No soy su hijo - responde el castaño apenas audible. Su garganta seca casi ni le deja hablar.

El hombre suspira dejando el plato en el suelo junto con un tenedor y junta ambas manos entre sus piernas, encorvándose para hablar - Mira, sé que me odias, pero estoy haciendo esto por tu bien....

- ¿Mi bien...? - Taehyung le oye a duras penas. Está a punto de echarse a reír, mas un dolor agudo y punzante en su abdomen no se lo permite - De todas maneras moriré....

- Claro que no - se apresura a aclarar el mayor - No dejaré que eso suceda, solo tienes que aguantar un poco más. Debes soportarlo, Taehyung.

Tae está muy seguro de no poder soportarlo por mucho tiempo, de hecho, su cuerpo se sentía tan agotado que a veces se dormía pensando en que sería la ultima vez que lo haría. Era algo que se esperaba, estaba preparado. No quería sufrir más.

Para su mala suerte siempre despertaba y debía obligarse a aguantar un día más de torturas, llantos y gritos que terminaban por desgarrarle la garganta.

- ¿Qué hace...? - pregunta al hombre que acababa de tomar su brazo. No tenía energías para girarse o siquiera abrir los ojos para ver de qué se trataba, pero aun tenía un poco más de aliento para preguntar.

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