Treinta y cuatro

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Incluso cuando esta lluvia se detenga,
Cuando las nubes desaparezcan,
Estoy aquí.

-Rain

20:30 pm.

El domingo por la noche Tae camina a paso rápido hasta el café donde trabaja Jimin abofeteándose mentalmente por no haberle hecho caso al hombre del clima cuando dijo que pasadas las nueve de la noche llovería.

- ¡Taehyung! – le saluda Hoseok acercándose con una sonrisa – No te veo hace siglos.

- Hoseok nos vimos ayer – ríe el castaño golpeándole en el brazo suavemente a lo que el contrario finge un inmenso dolor como si se tratara de algo mortal – ¿Cómo estás?

- Perfecto – responde el pelirrojo recomponiéndose inmediatamente – ¿Y tú?

- Cansado, es como si me hubiera convertido en un perezoso de repente.

- Un perezoso que se revuelca en el piso al parecer – el muchacho limpia parte de su ropa empolvada – ¿Usas tu cuerpo para barrer las calles o qué?

Taehyung no comprende a lo que su amigo se refiere hasta que repara en la cantidad de polvo que tiene pegada a la tela. No era primera vez que le decían que traía sus ropas sucias luego de volver de la casa de su novio, por eso ahora ya comenzaba a cuestionarse qué estaba sucediendo realmente.

- ¿Jimin está? – le resta importancia al tema por ahora – Me hizo quedar con él a eso de las diez, pero creo que llegué demasiado pronto.

- Fue a sacar la basura. Debería aparecer por aquí en cualquier momento, pero espéralo en una de las mesas en lo que tarda – Hoseok indica una de las mesas al lado del ventanal – Le diré que ya estás aquí.

- Gracias.

El móvil en su bolsillo vibra en cuanto toma asiento.

Bebé, comenzó a llover, ¿Ya llegaste a casa?
-Jungkook.

Aun no. Jimin tenía algo que decirme y lo estoy esperando.

-Taehyung.

No tardes demasiado, las calles son peligrosas de noche.
-

Jungkook.

No te preocupes, me iré en un rato. Mamá.

-Taehyung.

¿Siquiera tienes algún paraguas?
-Jungkook.

No, pero ya me las arreglaré.

-Taehyung.

Te dije que te quedaras conmigo o me dejaras llevarte a casa.
-Jungkook.

- Buenas noches Hoseok – una voz ronca bastante conocida le desconcentra de su móvil.

- ¡Hola Yoongi! Ya casi estamos por cerrar, pero aun hay tiempo para un café.

- Tengo que hablar con Jimin en media hora – dice el pálido quitándose el abrigo gris – Lo esperaré. Dame un café por favor.

- ¡Saliendo un sin azúcar! – Hoseok camina hasta perderse tras el mostrador y Taehyung mira al pelinegro amigo de Jimin caminar hasta la mesa que siempre usaba.

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