Treinta y dos

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Si mi destino es desaparecer, esta será mi ultima carta. 

-Let go.

16:24 pm.

Últimamente Taehyung se sentía más cansado que nunca, dormía bastante y cada dos calles que caminaba se sentía agotado. Algo raro pasaba con su cuerpo, pero no entendía qué.

- ¿Me estás oyendo? – pregunta Jungkook pasando una mano frente al rostro del castaño – Jungkook llamando a Tae, Jungkook llamando Tae.

Éste pestañea repetidas veces antes de contestar – Eh... sí, claro.

- A ver qué fue lo que te dije – el chico se cruza de brazos. Taehyung estaba prestándole la misma atención que siempre cuando se perdía en su mundo, o sea ninguna en absoluto.

- ¿Algo sobre que hacía mucho calor?

Jungkook rueda los ojos – Dije que este fin de semana sí o sí me presentaría en tu casa para conocer a tu madre, ¿no escuchas lo que digo?

Taehyung sonríe feliz de oír eso – ¿Enserio? Pero esta vez iré por ti.

- Maldita acrofobia – maldice el chico mordiendo su mejilla – Me hace ver como una niñita.

Está bien, sí. Pero ya no soy su hijo – le dijo Hoseok con desagrado. Hablar de su padre lo enfermaba – ¿Todavía sigue haciendo esas estúpidas esculturas de madera?

- ... y entonces pensé que podríamos pasarnos por ahí un día, ¿qué piensas? – Taehyung oye hablar a Jungkook, pero no le ha prestado la atención necesaria por recordar su conversación con Hoseok de hace dos días – ¿Te gusta la idea?

- Me encanta.

Jungkook cambia su mirada dulce a una fulminante – Acabo de decir la estupidez más incoherente de la vida y me acabas de dar tu aprobación. Cuando vuelvas a poner los pies en la tierra hablamos – gruñe recostándose sobre la dura roca donde suelen pasar sus tardes – Yo echaré la siesta.

Le había pillado, Jungkook notó que volvió a perderse en sus pensamientos – Es broma, tonto – se apresura a decir Taehyung lanzándose encima de su cuerpo para despertarle – Lo siento, ahora toda mi atención está en ti, lo prometo.

Taehyung piquetea la mejilla del azabache con su dedo índice haciendo un puchero – Oye Kookye... ¿estás dormido?

- Sí.

Tae ríe dándole cortos besos en la nariz – ¿Entonces por qué me respondes?

- Soy sonámbulo – bromea sin poder evitar echarse a reír al abrir los ojos y encontrarse con el precioso rostro de su novio sonriendo aún más que él.

Sus manos rodean la cintura del castaño y entonces lo quita de encima para recostarlo sobre la roca, quedando él encima con el poder de darle todos los besos en el cuello que quisiese. De pronto, luego de varios besos traviesos causantes de muchas risas por parte de Taehyung debido a las cosquillas, Jungkook se incorpora sintiendo un agudo dolor en su espalda.

- Dios... – se queja el pelinegro – Tanto dormir en esta mierda de roca todas las tardes creo que me he cagado la espalda.

- Ven – le indica su novio de piernas cruzadas – Siéntate delante de mí.

Jungkook voltea sentándose delante de sus piernas. No se molesta en contener los sonidos que manan de sus labios cuando siente las suaves manos de Taehyung masajeando los músculos de su espalda – Oh... Gracias.

El masaje resulta ser tan relajante que le gustaría cerrar los ojos, pero la imagen del agua pasar frente a él es tan pacifica que no puede apartar la mirada.

INVENIET | KOOKV Donde viven las historias. Descúbrelo ahora