INVENIET | KOOKV

Especial J

Tan malo, pero demasiado dulce.
Es demasiada maldad. Demasiada maldad.
Si, es maldad.

-Boy Meets Evil.

07:00 am.

Allí estaba él, sentado al otro lado del ventanal bebiendo un café con los ojos clavados en una fotografía sobre la mesa. Puedo ver a la perfección su rostro deformarse cuando el líquido caliente quema su boca al intentar darle un sorbo y me hace gracia. Ojalá lo que yace en esa taza fuera ácido y no un simple café barato.

Siempre pide lo mismo, el café más barato del Twosome Place y un muffin de chocolate. Vaya ordinarios gustos tenía Kim Taehyung, pero bueno ¿qué más se puede esperar de un enfermo como él?

No entiendo cómo es que le dejaron entrar allí sin echarlo a patadas. Incluso las personas a su lado continúan su desayuno ignorando por completo su asquerosa presencia llena de pensamientos repulsivos.

- ¿En qué estás pensando, Kim? - susurro lo suficientemente bajo para que nadie me escuche, aunque soy consciente de que no hay nadie más junto a mí salvo Hoseok.

Estúpido Hoseok, sé que oyes mis pensamientos: eres repugnante, recuérdalo.

- Tú lo eres - le oigo decir desde algún lugar de mi cabeza.

Me echo a reír, ¿cómo podía llamarme repugnante cuando en el fondo sabía que encontraba atractivo al chico que vigilábamos al otro lado de la calle?

Hoseok estaba tan enfermo como él y eso me causaba nauseas pues ambos vivimos en el mismo maldito cuerpo.

- Es mi cuerpo - me recuerda.

- Cierra la boca - le callo y me hace caso. Sonrío satisfecho y continúo observando al chico tras la ventana.

16:23 pm.

- Tenemos que conseguir empleo en este lugar - me informa el tarado de Hoseok mientras caminamos hasta el interior del Twosome Place - El dinero nos viene bien y quiero conocer al chico.

- No, ya te he consentido suficiente - le regaño, pero mis pies se mueven solos y no puedo hacer nada para evitarlo. Al parecer el inútil tiene más poder contra mí de lo que imaginaba.

De pronto aparece esa fuerza oscura otra vez para llevarme a mi rincón y encerrarme en una burbuja. Atrapándome como una rata.

Maldición Hoseok, habíamos quedado en que tomaríamos las decisiones en conjunto o solamente yo por mi cuenta. Tú no tienes voz ni voto en este lugar, eres el débil y el idiota.

Bufo internamente, ahí estaba ese chico bajito de labios regordetes amigo de Kim.

- Hoseok, no te acerques tanto a ese chico - le advierto y me oye - Sé que eres lo suficientemente estúpido para no notarlo, pero está igual de enfermo que su amigo.

Al parecer el inútil de Hoseok no me hace caso, pues camina a pasos agigantados hasta el muchacho y sonríe como siempre lo hace. Lanzo una risotada, ¿cree que con esa sonrisa falsa va a lograr causar algún tipo de simpatía por el rubio?

Diez minutos después ambos conseguimos el trabajo, ¡Maldito Hoseok, siempre logra todas sus mierdas con esa fea sonrisa!

Ahora quiero llegar a casa y darme un buen baño hasta quitarme toda la suciedad y las bacterias que deben haberse quedado impregnadas en mi piel cuando este estúpido osó darle la mano a Park para despedirse.

- No tienes que agradecerme - me dice descaradamente cuando vamos camino a casa.

Río frenéticamente - ¿Qué demonios debería agradecerte? Olvídate de esos estúpidos bailes de mierda, agotaste todo tu tiempo en este cuerpo.