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—¡Angel! Estás despierto. ¿Cómo te sientes?

La princesa del infierno abrió suavemente la puerta de la habitación de su nuevo inquilino en el hotel, llevando consigo una bandeja de comida fresca que lucía bastante apetitosa a la vista.

Se acercaba la hora de la cena y, junto con Vaggie, decidieron preparar una especie de bienvenida cálida a su nuevo residente. Por su parte, Angel dejó de teclear su celular y se sorprendió al ver a ambas chicas entrando con grandes cantidades de deliciosa comida. Su sonrisa se hizo gigante y apenas Charlie se sentó a un lado de él, en la punta de la cama, la araña casi se abalanzó sobre la bandeja porque no todos los días podía disfrutar de esa clase de manjares. Empezó a comer como si no hubiera un mañana, casi atorándose del apuro.

Mm, cena gratis. Gracias.

Apenas pudo articular las palabras con la boca llena y llevándose más papas fritas a los labios. Su estadía en el hotel había sigo muy tranquila hasta ese momento. No había salido y las chicas eran amables y consideradas. Un lugar para dormir, baños calientes y tener comida gratis era bastante gratificante. Aunque la parte de "no pecar" seguía siendo algo alarmante.

Porque si no había hecho nada malo hasta ese instante, era porque no había cruzado la puerta.

Ambas se miraron entre sí con una pequeña sonrisa, ver a Angel animado y con tanto apetito les hacía creer que se sentía cómodo y feliz en el hotel. Pero su visita no era simplemente para corroborar su estado, era hora de saber un poco de su vida pasada y la que actualmente estaba desarrollando en el infierno. Tenían bastantes dudas y era necesario aclararlas antes de seguir con el programa de redención que tenían planeado.

Vinimos a hacer algunas preguntas, ya sabes. Es puro formalismo para que seas un huésped oficial del hotel.

Charlie empezó a informarle un poco sobre lo que se suponía que debían hacer con todos los residentes. Angel tragó la comida, se limpió la boca con una servilleta y luego apartó la bandeja de su lado. Se quedó algo pensativo, pero supuso que ese era el procedimiento en ese hotel de rehabilitación de demonios.

Tengo derecho a reservar ciertos puntos de privacidad, ¿No es así?

Estaba bien hasta cierto punto informar sobre su situación, pero no pensaba excederse. Vaggie le asintió, porque tampoco querían invadir toda su privacidad y hacerlo sentir incómodo. Dicho esto, Angel accedió sin pensarlo demasiado, esperaba que fuera rápido. Charlie empezó a anotar en una libreta algunos datos básicos y entonces inició con las preguntas.

¿Por qué razón llegaste al infierno?

Oh, eran esa clase de preguntas. Se sentía en un centro de rehabilitación de drogadictos, nada más que sin estar en un círculo de personas y sin tener que presentarse uno por uno como una banda de fenómenos. Suspiró, odiaba recordar su pasado y no porque se arrepintiera de sus crímenes, sino porque le gustaba pensar en su presente en el infierno como la segunda vida que era era.

Mi familia era parte de una gran red criminal y yo fui uno de los miembros más importantes y destacables. Traficábamos, asesinábamos por dinero y esas cosas.

La rubia anotó cada dato cuidadosamente, para luego alzar su vista hacia él y verlo a los ojos más interesada que antes. Vaggie solo se quedó escuchando de brazos cruzados, tenía varias dudas que solo podría aclarar al final si es que Angel se lo permitía.

¿Cuáles son los comportamientos inadecuados que realizas aquí actualmente?

Esa era buena, la araña sonrió algo divertido porque sus pecados se habían triplicado desde que llegó hace muchas décadas atrás. Tal vez poseía una apariencia inofensiva y bastante suave, pero se había metido en miles de problemas y escándalos gracias a toda la vida que había iniciado desde que conoció a Valentino y a su red de prostitución. Las noches de fiesta, el sexo sin ningún tipo de control o cuidado y el mundo de las drogas y el asesinato de la más baja categoría.

Cinnamon's Radio [ RadioDust ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora