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Cayó en lo profundo, por varios metros. El agua se adentró por sus fosas nasales y su cuerpo se hundió cada vez más por el impacto de la caída. Estaba ahogándose, no podía respirar y a pesar de que su mente era un desastre y sus sentidos no le pertenecían a ese cuerpo, utilizó su instinto de supervivencia para nadar desesperadamente hacia la superficie. Se arrastró un poco contra las piedras del arrollo, tosió aturdido y empapado de pies a cabeza. Estaba helado, temblando de frío y tosiendo para tratar de largar toda el agua que ingresó en sus pulmones.

Su respiración estaba tan agitada, pero su miedo se disparó hacia el límite cuando abrió los ojos y observó las garras que poseía y las manos con las que se sostenía sobre las rocas, ambas debajo del agua. Garras rojizas y dedos delgados, no era humano. Jadeó horrorizado y se dejó caer sentado contra el agua, observó su alrededor con pánico y con la paranoia creciendo. ¿Qué era... ese lugar?

Tragó duro y tembló con completa inestabilidad, las hojas de los árboles a su alrededor eran rojas y negras, los pastizales eran oscuros y el cielo era rojizo. Apreció la eterna oscuridad de ese lugar, el sonido de los animales espectrales y de los monstruos que acechaban su persona.

Sus piernas temblaron por el miedo y cuando bajó su cabeza para ver su rostro en el reflejo del agua... Algo adentro de él se quebró. Esa apariencia... Esos ojos rojos oscuros, cabello rojizo y cuernos de ciervo.

Se sostuvo la cabeza con ambas manos y gritó del horror al cerrar sus ojos con mucha fuerza, mientras una interferencia de radio surgía de su cabeza y hacia alborotar al agua turbia del arroyo en el que estaba inmerso. Enterró sus garras en su cabeza y se acurrucó del dolor, la interferencia de radio se hacía más fuerte demostrando el caos en su mente y la terrible confusión y pánico que estaba pasando.

Él había muerto... Su forma física de humano ya no existía. Y en ese instante, se había convertido en ese monstruo. Estaba perdido, solo, estaba totalmente arruinado y sin esperanza alguna de sobrevivir en esa clase de mundo.

Ante cada pensamiento pesimista y lúgubre, la interferencia y el ruido de la radio que surgía de su cabeza se hacía más fuerte y sacudía las hojas muertas de los árboles. La oscuridad de su alma manifestó decenas de sombras oscuras que empezaron a surgir desde las profundidades de las aguas dónde estaba. Y cuando apenas abrió los ojos y contempló esas gran cantidad de sombras espectrales, retrocedió con horror y se resbaló contra el agua, volviendo a caer y a empaparse por completo. Al menos al caer, la interferencia cesó y las sombras de formas humanoides se dispersaron.

—¿Qué tenemos aquí? Un pequeño ciervo.

Alastor se incorporó aún sentado en su lugar, con su corazón latiendo a mil por hora. Retrocedió salpicando agua por todo su alrededor y escuchó esa voz desconocida, todos eran una amenaza en ese espantoso plano. Esperaba su castigo y... ¿Quizá esa mujer era parte de su condena eterna? Se colocó a la defensiva y, a pesar de que estaba asustado y al borde de un colapso, algunos inestables tentáculos surgieron de sus lados y se revolcaron contra el agua. No tenía el más mínimo control sobre su poder o sus capacidades, no sabía cómo manejar nada de eso y Rosie sonrió bastante interesada al notar sus talentos ocultos. Ella no se adentró al arroyo, permaneció en la orilla y lo contempló sin dejar de sonreírle.

—¡Aléjate!

Exclamó Alastor tratando de manejar las extremidades negras que podían surgir a su alrededor pero no teniendo éxito alguno en conseguirlo. Cada tentáculo tenía vida propia y se limitaban a chapotear en el agua y a no poder interpretar sus verdaderas intenciones. Ella comprendió su inexperiencia, era un alma bastante joven.

Cinnamon's Radio [ RadioDust ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora