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La convivencia se volvió algo normal para ambos y la pequeña y acogedora burbuja de cristal que estaban construyendo parecía fortalecerse a cada día que pasaba. Aquel domingo por la mañana, Angel recorrió con bastante curiosidad las habitaciones de la enorme mansión lúgubre de Alastor. Aprovechó su tiempo libre en ese lugar, quiso descubrir cada rincón porque su hogar era realmente grande y espacioso, parecía estar totalmente deshabitado. Era bastante solitario que solo un demonio viviera en tal morada.

La puerta que más le intrigaba era la que se ubicaba al final del pasillo del primer piso. De hecho, parecía la única habitación que era visitada con regularidad, porque el picaporte estaba limpio al igual que la madera vieja de su estructura. Para su sorpresa, cuando trató de mover el picaporte, este se encontraba sin seguro. Sonrió para sí mismo y cuando abrió la puerta e ingresó dando pasos apresurados, empezó a analizar su alrededor, bastante extrañado ante los aparatos que rodeaban el interior. Teclados con docenas de botones y un antiguo equipo de audio que reposaba sobre una gran mesada. ¿Sería alguna clase de estudio de grabación?

Angel jadeó de la sorpresa y dio un pequeño salto cuando unas manos lo tomaron desde atrás, lo jalaron desde sus caderas y lo sujetaron con firmeza. Alastor reposó su mentón sobre su hombro y sonrió triunfante, porque lo había atrapado con las manos en la masa.

—¡Ah! ¡Me asustaste!

La araña se sostuvo el pecho con sus manos, sintiendo sus acelerados latidos por la sorpresa que le había dado. Le reclamó con la mirada cuando se giró para verlo de frente, pero el ciervo no le dejó de sonreír y depositó la punta de su dedo índice en su frente, como si estuviera llamándole la atención.

¿Quién te dio permiso de entrar aquí? Eres tan curioso, pequeño.

A pesar de su reclamo, Alastor no se encontraba molesto en lo absoluto. En realidad, se enterneció al ver por un segundo como el semblante de Angel entraba en pánico porque había pensado en serio que había sido un impertinente. Nada de eso, el ciervo se acercó a su cuerpo para abrazarlo y mantenerlo entre sus brazos, mordió su mejilla y cerró sus ojos, muy encantado con esas pequeñas expresiones y gestos que le hacían morirse de ternura por su culpa. Angel refunfuñó y le correspondió el abrazo, porque siempre lo hacía poner en aprietos con sus bromas.

—¿Qué es este lugar?

—¿Nunca escuchaste mi programa?

Preguntó algo extrañado el demonio radio y luego se apartó por unos momentos de su cuerpo, aunque siguió aprisionando su cintura entre sus manos. Angel negó con la cabeza, rodeó su cuello con sus largos brazos y parpadeó con curiosidad. No tuvo acceso a demasiadas cosas en bastantes años, en realidad solo veía algo de televisión en los clubes dónde se prostituía y tenía acceso a un celular para contactar clientes. Pero fuera de eso, no podía hacer nada más porque Valentino no quería que perdiera su tiempo en otras cosas.

¿Tienes un programa de radio?

Señaló con la mirada los aparatos que parecían antiguos, más no obstoletos. De hecho, lucían muy cuidados y la habitación estaba ordenada a la perfección, ese pequeño estudio casero se veía como si fuera una gran parte de las ocupaciones de Alastor. Sonrió al pensarlo y sintió algo de emoción por poder escucharlo, el ciervo le tomó las mejillas con sus manos y lo miró a los ojos con un gran brillo de entusiasmo, ganar espectadores nuevos era su especialidad.

¡De tres horas y media! Aunque no lo hago todos los días. Cuando era humano, disfrutaba mucho de este trabajo. Así que lo hago desde hace años porque me divierte bastante.

La energía y el brillo rojizo en sus ojos eran muy encantadores cuando hablaba de lo que más le apasionaba. Angel no pudo evitar sonreírle con su misma alegría, ya que ver esa clase de fuerza y pasión le hacía sentir felicidad por él. Escucharlo desempeñar algo que le producía tantas cosas buenas se había vuelto su nuevo anhelo. Además de que también le remontaba recuerdos de cuando era humano y escuchaba las transmisiones de radio, le hacía experimentar bastante nostalgia.

Cinnamon's Radio [ RadioDust ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora