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Las pulsaciones de su corazón se dispararon de forma elevada, pudo sentir el momento en el que su alma se derrumbó. El momento justo en el que una pareja destinada se rompía se marcaba con la muerte de uno de los dos. Un dolor emocional que era comparable con la propia muerte, se sentía cada sensación y los últimos sentimientos del contrario, tanto físicos como mentales.

Nunca llegó a creer que sucedería. Fueran alfas u omegas, no había una forma de sobrevivir luego de cortar un vínculo que estaba predestinado. Valentino dejó de caminar entre los escombros y se cubrió la mitad de su rostro que no dejaba de sangrar por la bala de hierro enterrada en su globo ocular. Su corazón se rompió... Se abrazó a sí mismo, temblando por la incontable cantidad de heridas en su cuerpo provocadas por Alastor y Angel, y comprendió que no podía ganar esa lucha.

Iba a morir, estaba muy malherido y Vox acababa de desaparecer, al igual que Velvet. Había perdido la batalla. Pero eso no significaba que no podía saciar su sed de sangre. Percibió el aroma de esa araña demasiado cerca, se estaba escondiendo con cautela para huir de él. Si, sabía que aunque estuviera al borde de la muerte, aún podía hacerle mucho daño tanto a él como a ese hijo que mantenía en su vientre.

Pude aprender lo que es necesario para poder gobernar en este infierno. Y sé más que nadie, que no eres nada sin que un alfa te esté protegiendo.

Desde atrás de una gran cantidad de escombros sucios, Angel lo escuchó fuerte y claro. A pesar de que eran provocaciones sin sentido, podía percibir la temblorosa y débil voz de Valentino llegar. Estaba agonizando, estaba seguro de que la bala en su rostro estaba a pocos minutos de pulverizar las zonas más importantes de su cabeza. El resto de sus heridas eran mortales, tanto por las balas que le incrustó como también la forma descomunal en la que Alastor despedazó sus músculos. Algunos balazos más y podría terminarlo.

Decidió simplemente salir y cargar de balas su revólver. Lo observó a lo lejos y detectó como la figura lamentable de Valentino giraba hacia él hasta tenerlo en su campo de visión. Nunca lo vio tan mal, tan moribundo y jodido. Sintió satisfacción, gozó al saber que su tiempo estaba contado. Merecía esa clase de final más que nadie en todo el infierno.

Gobernaste el negocio manipulando omegas, amenazándolos, asesinándolos.

Levantó su arma hacia él, pero Valentino violó cualquier clase de razonamiento o de coherencia en cuanto a la velocidad. En menos de dos segundos, pudo transportarse a centímetros de Angel, le sostuvo el brazo que cargaba su arma y lo estampó contra los escombros. Entonces, le sonrió largando sangre entre sus colmillos rojizos. La araña gruñó ante el dolor de su agarre, pero no dudó en enfrentar su mirada con el mismo rencor y el mismo odio que prevalecía hacia él. Val solo pudo admirar levemente esa clase de valentía temeraria, porque ya no era el omega débil que conoció hace décadas. De cualquier forma, esa determinación no le iba a servir de nada.

Te equivocas, Angie. Yo formo a omegas, los educo, les enseño. Cómo a ti. Este infierno y todos esos pecadores... están hechos para el consumo.

Clavó sus garras contra su muñeca, haciéndolo largar hilos de sangre desde su piel blanquecina. Y causó que soltara el arma, la cual cayó bruscamente contra el piso.

Valentino comenzó a reírse al momento que le encajó un puñetazo en medio de la cara, logrando que Angel se desplomara contra el piso por la horrible fuerza del impacto contra su rostro. El omega jadeó en el suelo del dolor, comenzó a recordar el pasado como si el tiempo se hubiera detenido en esa franja de tiempo.

Valentino se enojaba con él y lo molía a golpes hasta desfigurarle el rostro y dejarlo inconsciente por días enteros. Lo acusaba de no ser lo suficientemente productivo, de no ganar más de lo que podía. Lo drogaba, lo emborrachaba, lo violaba hasta romperle el cuerpo y abusaba de él para que pasara semanas sin dormir y siguiera produciendo dinero y ganando cada vez más clientes.

Cinnamon's Radio [ RadioDust ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora