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Ingresaron tímidamente a la distintiva mansión y avanzaron poco a poco por los pasillos. Angel sintió la nostalgia a flor de piel. No solo porque el aroma de Alastor estaba impregnado en cada habitación y en cada zona, sino porque los recuerdos revolucionaron sus sentidos.

Él lo tomó para calmar el insaciable fuego de su alma y de todo lo que lo conformaba como omega. En cada rincón, Alastor sostuvo su cuerpo para que jamás desfalleciera y cuidó de él como si se tratara de lo más importante que tuviera en la vida. Se encargó de aliviar su mente, alma y corazón y pudo satisfacer su placer a cada día que pasaba. Definitivamente ese fue el celo mas largo que tuvo y el único que experimentó con plenitud, porque todos los que vinieron luego, fueron cruelmente restringidos por aislamiento y una enorme cantidad de supresores.

He estado sintiendo a mi alfa con mucha fuerza.

El ciervo caminaba detrás de él, sus heridas estaban a punto de regenerarse por completo y el proceso de sanación no se detenía en ningún momento. Las aguas del arroyo fueron increíblemente efectivas, pero no todos los problemas estaban solucionados. El más grave y evidente estaba cerca.

Alastor cerró sus ojos y reposó su espalda contra una pared, se sostuvo la cabeza con una de sus manos y supo que el momento estaba llegando.

Angel permaneció cerca del ventanal del pasillo, contempló con nostalgia cada parte de ese lugar y fue presa de cada memoria que jamás se borró de su cabeza.

Es porque estamos juntos luego de todos estos años.

—Si fuera simplemente por eso, lo entendería. Pero...

No pudo soportarlo por más tiempo, sabía que era una extraña clase de señal. Tanto su reencuentro como el desarrollo de los acontecimientos. Alastor se dejó caer de rodillas contra el piso, sostuvo su garganta con una de sus manos y, de a poco, el sudor frío corrió por los costados de su rostro.

El ardor característico de su propia etapa había llegado, era extraño sentirlo luego de tantas décadas. Sin embargo, temió por no contenerse lo suficiente para preservar la seguridad de Angel y respetar sus deseos. Existía una clase de impulso y sentimiento que se presentaba una sola vez en la vida de un alfa y lo estaba sintiendo como nunca antes. Ni siquiera tuvo el tiempo suficiente de plantearse esa clase de dudas, lo único que quería conservar en su cabeza era la necesidad de proteger y cuidar la integridad física y emocional de su omega, por arriba del placer.

¿Alastor?

Angel lo escuchó caer al piso, se preocupó y se acercó al instante. Cuando se arrodilló a su lado para contener su cuerpo, las poderosas feromonas de su alfa entraron por cada poro de su piel, lo hicieron estremecer de pies a cabeza y no pudo evitar empezar a temblar debido a su propia excitación como su pareja destinada.

Es tu celo.

—Puedo llevarte a tu hogar antes de que empeore.

Levantó su rostro, jadeando por el agobio de sus instintos y por la terrible manera en que su sangre estaba hirviendo. Buscó traerlo a ese lugar únicamente pensando que podría protegerlo de cualquier mierda que podría volver a mandar Rosie, pero no llegó a considerar que su celo vendría tan pronto. El ciervo debía alejarse, porque Angel también entraría en celo en pocos días, o en mucho menos tiempo de lo que pensaba.

Si ambos concordaban, no iba a poder controlar el infierno en el que ambos entrarían, seria algo que escaparía totalmente de su control. Debía aprovechar la poca lucidez que conservaba en ese momento para alejarlo y llevarlo a un lugar seguro.

De pronto, Angel levantó su rostro y posó ambas manos en sus mejillas. Cruzó una fuerte y determinada mirada con él porque no iba a abandonarlo en esa clase de sufrimiento por su cuenta. Alastor no lo abandonó la primera vez, se quedó cada día, cada hora y cada minuto a su lado.

Cinnamon's Radio [ RadioDust ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora