43•

3.3K 316 113
                                    

Utilizaron algunos pasadizos subterráneos para inmiscuirse dentro de la zona prometida. Valentino no era dueño solamente de varios clubes nocturnos o grandes centros de prostitución, sino también de enormes propiedades. Cada sector involucraba un estricto régimen de vigilancia. A pesar de que todos los guradias eran demonios comunes, protegían a Valentino y a sus recidencias sin importarles morir debido a sus contratos con él. Llegar al proxeneta no iba a ser sencillo, porque se tenía que atravesar toda esa estricta de seguridad. Alastor no podía simplemente transportarlos en medio de la propiedad, se tornaría evidente y peligroso para el grupo y serían un blanco absolutamente fácil. Por eso, debían llegar de forma discreta y acorralar a su mayor objetivo desde la paciencia y la planeación.

Cherri iba a la delantera porque conocía esos pasadizos, trabajó lo suficiente en los últimos años para contar con la información más reciente y acertada sobre el lugar permanente dónde Val se quedaba. Era lo más parecido a un barrio privado, aunque si era analizado desde la superficie, parecía un escenario desolador, oscuro y muy terrorífico con muchas clases de edificaciones abandonadas. Tendrían que salir a la superficie, pero hasta ese momento debían evitar a la mayor cantidad de demonios posible desde abajo. Eran una gran mayoría, no iban a poder contra todos al mismo tiempo y no querían malgastar las fuerzas de Alastor en algo tan mínimo.

Podemos encargarnos de esos vigilantes. A partir de aquí, todo correrá por nuestra cuenta.

Cherri indicó el último pasillo como salida. Desde allí, había un camino despejado hasta la superficie. La situación se mantendría calmada hasta que todos los hombres de Valentino los detectaran en la zona y quisieran aniquilarlos. Ellos sabían que debían hacer tiempo y encargarse de esas distracciones para darle paso limpio al demonio radio de encontrarse con el proxeneta mayor. El único que podía asesinar a Valentino directamente, era Alastor. O al menos eso creían.

A la par de Cherri, Arackniss siguió su camino y mantuvo su arma firme entre sus manos. Molly los seguía desde atrás igualmente armada. Ellos eran demonios comunes, pero contaban con las suficientes balas de hierro de ángel como para asesinar a una gran cantidad de pecadores. Desde el final, Alastor y Angel continuaban siguiendo el camino, quedaba muy poco para salir a la superficie. La araña le tomó la mano y cruzó una rápida mirada con él.

¿Qué pasa?

La pregunta causó que una distorsión radiofónica se largara de la nada de su cabeza y todos se sobresaltaran por el repentino sonido. Giraron hacia Alastor, pero al comprender que era solo su balance de radio, bajaron la guardia y siguieron caminando. De todas formas, Angel no podía tomar esa interferencia como algo normal, lo observó algo preocupado. Notaba que estaba nervioso, tenso. Y tenía razón, Alastor agudizó su brillante mirada rojiza sobre él con una genuina expresión preocupada.

Mis instintos están demasiado susceptibles a lo que te pueda pasar debido al bebé. Te ruego que no te separes de mi, ellos buscarán separarte de mi.

—¿Ellos?

Angel quiso indagar, pero no fue lo suficientemente rápido. Cherri detuvo su caminar y se alteró, estaban a metros de llegar a la salida, pero fueron descubiertos con anticipación.

¡CÚBRANSE!

Los ordenó bajar para evitar el mayor daño posible. Una catastrófica explosión sacudió los cimientos del túnel, fue inminente y destructivo en totalidad. El polvo se adentró desde el fondo y la estructura comenzó a derrumbarse, pero luego de cubrirse los oídos, Cherri jaló el cuerpo de Arackniss para correr hacia la salida y evitar ser aplastados. Los demás, en medio del turbulento derrumbe de material y antes de que su visión fuera completamente cubierta, los siguieron.

Cinnamon's Radio [ RadioDust ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora