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Se quedó bajo el techo del bar esperando que la lluvia cesara. Estaba amaneciendo, la noche fue productiva y pudo ganar bastante dinero ligando con varios demonios y ofreciendo servicios bastante rápidos. Aunque lastimosamente, la mayoría no temió destrozar su ropa o rasgarla a su antojo, eran unos pervertidos desconsiderados. Angel prendió un cigarro y se cruzó de brazos, observando las gotas de lluvia caer sin cesar y sintiéndose algo impaciente porque necesitaba regresar antes de que fuera plenamente de día. Con una de sus manos, levantó un poco de sus ropas sucias y rotas, porque si volvía al hotel con esa apariencia y de casualidad lo descubrían, no sabría cómo excusarse.

Recordó como Tyco siempre lo esperaba luego de trabajar y colocaba su abrigo sobre sus hombros, porque sus ropas siempre eran muy provocativas o siempre terminaban destrozadas gracias a la brutalidad animal de sus clientes. Él siempre le decía que no debía dejar que los demonios lo dejaran en esas condiciones porque se veía muy expuesto y si algún día no podía recogerlo, alguien se podría aprovechar de él ya que siempre volvía en estado de ebriedad o muy colocado. Era lindo que se preocupara tanto.

En esa ocasión, nadie lo acompañaría a su hogar provisorio, así que no pudo evitar pensar que Tyco estaría preocupado de verlo asi, solo y fuera de un bar con una apariencia tan deplorable y un cuerpo bastante afectado por abusar de las drogas y el alcohol toda la noche.

Tyco se enojará conmigo.

Habló en voz alta sin darse cuenta y seguido de esto, inhaló humo rojo de su cilindro de nicotina. Esperaba no enfermarse porque si la lluvia seguía, tendría que volver al hotel empapándose, no podía llegar tan tarde o sería descubierto por esas chicas. Aunque algo le decía que no eran del tipo de personas que lo echarían del hotel por haber cometido una falta, parecían tan ingenuas y emocionadas por tenerlo allí. Le gustaría presentárselas a Tyco, él también era amable y hasta pensaba que podrían llevarse bien. Además, él querría agradecerles por haberlo hospedado en un momento difícil.

¿Es tu pareja?

Se sacudió de la sorpresa y giró hacia atrás al escuchar la voz grave de Alastor, quien se acercó a paso lento hacia él y se quedó a su lado, sonriendo hacia la lluvia torrencial que no dejaba de caer.

Angel volvió a tenerlo ahí, a un costado, nada más que las circunstancias eran diferentes o eso creía. No le prestó la misma atención que antes, tampoco quería ordenar sus ideas nuevamente. El sonido de las gotas empapando los suelos era suficiente como para llenar ese silencio incómodo entre ambos. A pesar de que cuando estaban tan cerca la conexión era evidente, la ignoró a la fuerza, la existencia de Alastor era un problema con el cual no quería lidiar, tenía otros asuntos más importantes en los cuales pensar.

Eso no te importa.

Murmuró de mala gana sin siquiera mirarlo a los ojos, terminó de fumar su cigarrillo y lo arrojó sobre el agua de la lluvia. El solo pensar que Alastor estaría merodeando todos los días por el hotel lo ponía demasiado tenso. Pero solo debía resistir poco tiempo, se marcharía pronto y lo único que tenía que hacer era no entrometerse demasiado con él. Alastor no parecía tener un interés particular en cogerselo, y ese era todo el trato que podía darle, así que supuso que no sería difícil fingir que no existía.

Te he visto junto a Valentino.

La voz del demonio radio volvió a sacudir sus pensamientos, Angel lo observó de reojo y no marcó ninguna clase de expresión en particular en su rostro. Entonces ambos si se conocían, debió asumirlo desde que lo vio. Se preguntó si su relación era profunda o si era un aliado de ese hijo de puta. Aunque lo dudaba bastante, porque si fuera un amigo, seguramente ya hubiera delatado su ubicación.

Cinnamon's Radio [ RadioDust ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora