Capítulo 44

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—Rubén—

—¿Y sabes que hizo, Fargan? ¡Se me confesó! ¡Me dijo que me quería y que le daba igual lo que ocultaba! —dije arrastrando las palabras —. Pero no le creo, se que me abandonaría y me entregaría namás supiera, él me odiara. Lose Fargan, se que lo hará, como todos lo hacen.

—¿¡Me dices o me cuentas!? ¡Aquí el idiota soy yo! —exclamó poniendo otra copa del vinito de Luzu —. Va el muy cabron y me dice que no quiere nada conmigo, que solo quería sexo y que el romance a él se la pela, ¿Te lo puedes creer Rubius? Y claro decido olvidarlo con otro y él muy imbécil me prohíbe estar con otra persona por qué se pone celoso ¿De verdad? ¡Qué cretino joder! ¡Ni conmigo, ni sin mi!

Rei.

—Nuestras relaciones dan asco —dije con amargura.

—Si la tuviera seguro —se mofo de él mismo con tristeza.

«Me prometí no escribirte, pero lo estoy haciendo, me siento un  idiota, pero ahora que e empezado no lo borraré todo por arrepentirme, te has ido de mi casa hace unas horas, (espero que las torretas no te hayan hecho nada) se que no me responderas, pero bueno, no me e tomado a mal tu respuesta, se que me quieres aunque sea un uno porciento, y yo me quedo con ese uno porciento, espero que no estés más confundido de lo habitual, por favor come algo antes de dormir.»

—Y no para de escribirme Fargan, me encantaría llamarle y decirle; ¡Eh Vegetta! ¡Al chico que quieres es un asesino, él que más odias! ¿Lo sigues queriendo, verdad?

Fargan se carcajeo.

—Joder, admito que lo tienes un poco más jodido que yo.

—¿Un poco dices? —pregunté, suspiré —. D... Deberíamos... Dormir... Esta...estámos consumiendo.... Dema...demasiado alcohol...

Se rió.

—¿Y qué más da? A nadie le importo, solo soy un objeto sexual para un idiota que no deja que le quieran, solo quiero ahogarme en alcohol Rubius, estoy arto de todo.

Suspire.

—¡Anímate hermano! La guerra la estamos ganando, ¡Además si Willy no te quiere, alguien más lo hará!

∆∆∆

«Seguro te estoy molestando, pero me enteré de que Lolito te atacó por la noche y que tu no pudiste defenderte por andar pasado de copas, ¿¡Estas bien!? ¡Nadie me dice dónde estás curandote! ¡Solo me han dicho que estás bien pero que me fuera que ahí no estabas!»

Me dolía todo, una paliza, en la que perdí, unas TNT por aquí y por allá, el bar destruido y Fargan y yo sangrando a mares, recuerdo que el chico ese que detestaba (creo que se llamaba sTaXx) nos salvó de morir desangrados, le pedimos que no dijera donde nos encontrábamos y al parecer lo cumplió.

—¡Idiota! ¿¡Cómo se te ocurre emborracharte!? ¡Casi te mata por los dioses Fargan! ¡Cuando me llamo sTaXx creí que te perdíamos!

—¡Callate joder! ¡Estoy bien! ¡Ve a joder un rato a Rubius! —gritó Fargan.

—¡Una polla, el mío ya me a molestado por WhatsApp, te toca a ti, jodete! —exclamé tapándome con las mantas.

—¿¡Por qué coño eres así!? ¡Solo me preocupo por ti! —grito Willy.

—¿Ahora no? Cuando casi muero es cuando te acuerdas de mí, no necesito tu preocupación Guille.

«¡Eh! ¡Qué se que me has leído! ¡Rubén responde! ¿Estas bien por lo menos? ¿¡Dónde estás!? ¡Necesito comprobarlo!»

En verdad me daba pena Vegetta, se preocupaba demasiado por mi, y sabía, por su mirada, que realmente me quería, y eso realmente me daba pena, se merece a alguien mejor que yo.

Lo que susurra nuestro corazón. RUBEGETTA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora