Capítulo 43

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—Vegetta—

Un pequeño ruido se escuchó a mis espaldas, sonreí de medio lado poniendo una segunda taza de té.

—Me has mentido —dijo una voz a mis espaldas, suspiré dejando la tetera en la encimera y cogiendo la otra taza, me giré encontrándolo ahí.

Llevaba la capucha de su sudadera, su rostro no lo veía, llevaba la máscara, su ropa estaba manchada de algo de tierra y sangre, que supuse que sería de él, se le veía más delgado.

—Tenia que hacerlo Rubén... —suspire caminado asta él, me sacaba una cabeza —Ahora que te tengo aquí, por favor, toma —le tendí la taza de Té. Este solo la miró.

—Vegetta me tengo que ir...

—Se que me estas evitando, no soy tonto, si no quieres hablar conmigo lo entiendo, pero aunque sea solo bebé el Té y escucharme.

—Vegetta...

—Por favor Rubén —rogue, este suspiro y cogió la taza caliente de mis manos y camino asta la pequeña isla que tenía en la cocina, se sentó en un taburete y miró al frente, supongo que esperaba a que yo me sentase y le contase, así que hice lo mismo, haciendo que estuviéramos frente a frente, Rubén subió un poco su máscara dejando solo sus labios y llevo la taza a su boca.

—He cocinado galletas, si quieres puedo...

—Vegetta quiero que vayas al punto —dijo de manera fría, mire entristecido mis manos.

—¿Qué e hecho mal Rubén? ¡Yo no te e hecho nada! ¿Estas abrumados por lo que Lolito hace? ¡Denuncialo! ¡Pero no seas así! ¡Y menos conmigo! ¡Yo te quiero ayudar en todo lo que se pueda! —Rubén solo observaba me observaba en silencio —. Rubén, se que no me respondieras, pero me da igual, solo con tenerte aquí, me tranquiliza, saber que te preocupo aunque sea un poco me alegra —dije con una pequeña sonrisa mirando a otro lugar —. Lamente haberte mentido, pero sabría que te colarias en mi casa para verme.

—No te hagas ilusiones Vegetta.

Sonreí —. Tarde Rubén... ¿Sabes algo? Me cuesta dejar de pensar en ti, todo lo que hago me recuerda a nosotros y todas las noches te busco en mi cama, pero al no encontrarte te busco en mis sueños. Realmente me importas Rubén, me da igual que me ocultas, siempre estaré ahí para ti, me da igual lo mucho que te alejes, por qué siempre te buscaré.

—¿Por qué? —pregunto con voz ahogada.

—Por que te quiero Rubén Doblas, por qué si no.

—Vegetta...

—No hace falta que digas nada, se que mis sentimientos son en parte correspondidos, por qué lo veo en tu mirada, pero si no estás preparado a decirlo no pasa nada, por qué yo si que lo estoy y lo dire por ti las veces que haga falta, te quiero Rubén Doblas ¿Me has oído? ¡Te quiero! ¡Y por mucho que te alejes no dejaré de quererte!

—Para, por favor...

—¿No te asustó bajarme los pantalones en su momento, pero si te asusta que te diga mis sentimientos, osito?

Suspiro.

—Vegetta debo irme, gracias por el Té y gracias por qué te encuentras bien, deja de verte con Lolito y deja de escribirme.

Y con eso se marchó, me dejó solo con mis pensamientos, suspiré.

Lo que susurra nuestro corazón. RUBEGETTA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora