Capítulo 31

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-Vegetta-

Me puse mi mejor camisa, esta era de botones morada, y unos vaqueros negros apretados a mi cuerpo, mi pelo lo deje rebelde, me gustaba como lucia.

Estaba realmente nervioso, iba a tener una cita a solas en casa de Rubén, mi cuerpo temblaba. Tan solo eran las ocho y ya estaba listo, me dedicaba a observar la pared de marmol nervioso, ya estaba preparado y no tenia nada mas que hacer que calmar mis nervios, cada diez minutos miraba el reloj impaciente por la gran noche y al ver que no avanzaba rápido volvia a observar el marmol, impaciente. Entonces un sonido leve me saco de mis pensamientos.

«Estoy impaciente por verte, es pronto, lo se ¿Estas listo? ¿Quieres que luego vaya a por ti, y hacemos juntos la cena? ¿O prefieres que haga la cena mientras tu vienes? Lo que quieras, eh»

Sonrei, notaba su nerviosismo desde aquí.

«Hola Rubén, estoy listo, si quieres nos vemos a mitad camino para no hacerte venir asta aquí, me encantaría ayudarte con la cena, las malas lenguas dicen que eres pésimo cocinando, y realmente no se si es verdad, pero no me apetece ir al hospital por un envenenamiento.»

Sonreír de nuevo pulsando en la pantalla enviar, el mensaje se envio y leyó de manera rápida.

«Ja, Ja, muy gracioso,»

«Me lo suelen decir mucho, Rubencito

«Estoy saliendo de casa entonces, llego en diez minutos.»

Mire con emoción la pantalla, hacia mucho que no sentía esta opresión tan cálida en el pecho, sentir que el corazón se me sale de la boca, simplemente estoy eufórico.

Y como bien dijo Rubén tardo diez minutos máximo, este me pidió que bajara y eso hice, antes de salir del ascensor suspire y le pedí a los dioses que me ayudaran a parecer tranquilo, parecer que mis emociones las llevo a raya.

-Vegetita -saludo Rubén con una sonrisa.

-Rubén.

Sonrió. Sentía que a él le gustaba jugar, y estaba cien por cien seguro de que esto era un juego para el. Sonreí.

-Estas precioso, ¿Te has arreglado para mi? -pregunto de manera juguetona.

-No te hagas emociones, chaval -dije restandole emoción al piropo -. Digamos que ya que me invitas a cenar gratis deberia lucir presentable, ¿No crees?

-¿Y a ti quien te a dicho que es gratis? Solo por mi presencia debería de cobrarte.

Hice una mueca fingida de pena -. ¿Ah, no es gratis? -pregunte inocente deteniendo mi paso, chasque la lengua -. Pues vaya, creo que no tenemos nada mas de que hablar - Rubén miro a otro lugar riendo, sonreí mientras retomabamos la caminata -. ¿Sabes? Tu tampoco estas nada mal. Me gusta tu elección, ¿Te has puesto guapo para mi?

-Obvio que si Vegetta, para ti, lo mejor -enrojeci.

Rubén iba con una camisa de mangas cortas negra ancha y unos baqueros simples, su máscara de oso no estaba cerca de él, dejaba ver su rostro a la perfeccion, pocas veces Rubius dejaba ver su rostro, entonces decidí grabar su rostro en mi memoria, amaba sus ojos verdes.

-Idiota.

El silencio se instalo entre nosotros.

-¿Sabes? Me e enterado que este Jueves una chica del pueblo hará las pruebas de policia -dije mientras miraba la casa de Rubén, esta se veía en el horizonte.

-Si, algo escuche -dijo de manera algo sería. Lo deje correr.

Hubo otro silencio asta que llegamos a casa.

-¿Oye Rubén, te puedo hacer una pregunta? -pregunté, era ahora o nunca.

-Ya la estas haciendo Samuel -dijo de manera juguetona, adentrandose en la cocina, le seguí -. Dime, ¿Qué te atormenta? -pregunto.

Suspire.

-La otra vez, cuando me dejaste tirado, me preguntaba que estarias haciendo, realmente me preocupe por ti. Entonces Luzu me dijo que te vio saliendo de mi antigua morada, por cierto, ilegalisimo en la manera en la que entraste -dije haciendo que se congelara de inmediato.

-Vegetta yo...

-Realmente me da igual que entraras ahí, total son ruinas que ya ni me pertenecen -dije con simpleza -. Lo que me da curiosidad, es el por que me dejaste tirado por ir a visitar esa casa, ¿Por qué Rubén? ¿Para que?

El silencio se hizo sepulcral.

Lo que susurra nuestro corazón. RUBEGETTA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora