capítulo 16

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—Rubius—

Había invitado a Vegetta para cenar juntos en mi casa y conocernos mejor, pero al parecer esta noche estaría ocupado, algo que me decepciono un poco.

Han pasado tres días desde que salí de mi "secuestro", en estos tres días me la e pasado con Vegetta, pues lo he echado muchisimo de menos estos cuatro días que estaba entre rejas, no me preguntes por qué, solo se que mi cuerpo gritaba verlo a cada rato.

En estos tres días no he sabido nada de Mangel y Lolito, tampoco los he visto, simplemente parecía que estaban desaparecidos, tampoco contestaba mis llamadas ni nada por el estilo, por lo cual decidí visitarlo esta noche, pues ya que Vegetta no podía cenar conmigo, iría a ver a Mangel.

Me pase todo el día con Vegetta organizando sus cofres mientras hablábamos de cosas triviales, asta que marcaron las ocho de la tarde y tuve que marcharme.

Ahora mismo son las nueve, y ya estaba tocando la puerta de la nueva casa de Lolito, mi nuevo vecino, pero nadie me abrió y ni siquiera se oía algo tras la puerta de madera, por lo cual decidí ir a la casa de Mangel, la cual estaba casi a la otra punta de karmaland, con cuidado de los moods llegue asta su puerta, y para mi sorpresa había luz en la casa, toque a la puerta con tranquilidad asta que pasos que se dirijan a la puerta llegaron a mis oídos.

–¡Hombre Rubiuh! ¿Qué te trae por aquí? –pregunto con una pequeña sonrisa.

–Hola a ti también Mangel, siento no haberte avisado, pero no cogías el teléfono y...

–Pero no me hables desde ahí, anda pasa –dijo apartándose dejándome pasar, entre dentro encontrandome con Lolito en el salón, este al verme me saludó con la cabeza, gesto que copié para saludarlo de vuelta.

Mangel cerró la puerta y camino asta el salón, se sentó junto a Lolito y me sonrió, con pasos tranquilos fui asta el salón y me senté en el sofá que estaba vacío.

–Perdon otra vez por haber aparecido sin orevio aviso, pero como decía anterior mente no aparecias por ningún lugar, y tampoco me contestabas, solo quería saber que ocurría contigo.

Sonrió.

–No he salido mucho de casa, solo para ir a casa de Lolito o hacer terapia –se sincero Mangel con voz aterciopelada.

–¿Por que? –pregunté lleno de confusión.

–Desde que ocurrió aquello, me da algo de desconfianza y miedo salir a la calle –la voz llena de sinceridad y desconfianza de Mangel llegó a mis oídos.

–Entiendo.

–Mi niña puedes traer un café para Rubius y para mi, porfavor –pidió Lolito, Mangel asintió y se marchó de nuestro campo de vista –. ¿Sabes algo Rubius? Se me hace muy raro una cosa.

–¿Qué cosa? –pregunte.

–Me parece raro que Mangel este aterrorizado con la idea de salir a la calle por si vuelve a ocurrir lo mismo, pero tú estás tan tranquilo en la calle a estas horas de la noche y encima solo.

Un silencio incómodo inundó la sala.

–Se que no ocurrirá lo mismo, por qué Alex está apunto de descubrir quienes fueron los secuestradores –dije con tranquilidad.

–Sabes que eso es mentira Rubius –dijo con voz dura –. Escúchame bien, no me fío de ti un pelo ¿Escuchaste? Te quiero lejos de mi niña o si no...

–¡Aquí están los cafés! –dijo con tranquilidad Mangel apareciendo en el salón con una sonrisa.

Trague duro.

Lo que susurra nuestro corazón. RUBEGETTA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora