Capítulo 63

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Karmaland se sumerjia en una capa llena de pena, pero en especial, Vegetta o el loco de la mansion como algunos lo apodaban, algunos iban a la gran isla pero se terminaban yendo corriendo por las torretas que atacaban sin piedad. Nadie sabia que hacer por él.

—¡Esto no puede seguir así! —exclamó Luzu dando un golpe en la mesa levantandose—. ¡Vegetta me esta preocupando demasiado! —exclamo el chico —. Desde que Rubius se fue, a perdido la cabeza, ya no sale de casa ni me contesta las llamadas ¡nada! ¡Necesitamos entrar a su casa y...!

—No te preocupes por él, necesita su tiempo y soledad, necesita aclararse, acaba de tener una gran perdida —dijo Fargan, todos le miraron.

—¿¡Y si hace algo estupido!? —exclamó.

—¿Vegetta? ¡Nuestro Vegetta nunca haría eso! ¡Por dios Luzu! —grito Fargan levantandose también —. Ademas le vi ayer, no había rastro de auto lesiones.

—¿Cómo que lo viste ayer? ¿Te abrió la puerta? —pregunto extrañado AuronPlay.

—Claro.

—¿Pero por que te abre a ti, y a mi, su mejor amigo no me abre? —exclamo ofendido Luzu.

—No quiere que le veais mal, no quiere preocuparos, entiendelo Luzu.
—¿¡Y por que te deja que le veas, si no quiere preocuparnos!? —pregunto ahora Mangel.

—¡Por que yo le saque de la escena traumática que presencio! ¡No se, digo yo, eh! —exclamo molesto.

—¿Desde cuando eres tan amiguito de Vegetta? —pregunto con desdén Auron.

—No se a donde va esta conversación, pero no me interesa mas participar en ella. Vegetta esta mal, pero se esta lamiendo las heridas solo, debemos esperar a que salga y busque ayuda, de momento se refugia en mi, y no me separare, no rompere la promesa que le hice —dijo el chico seguido de irse.

—¿Promesa? —pregunto confundido Mangel.

—Rubius en sus últimos minutos le pidió que cuidara a Vegetta —dijo Willy —. El nunca rompe una promesa, y menos esta.

—¡Pero...!

—Fargan sabe lo que hace, confiar en él —dijo Willy seguido de levantarse, se puso las gafas de sol y siguió a Fargan.

Auron metio la mano en su bolsillo asta sentir el aparato telefónico en sus manos.

Sin decir nada se levantó y se marcho de la reunión ignorando los reclamos de los pocos que quedaban en ella.

Auron empezó a correr y correr, paso de largo a la pareja que discutia, no le importo y corrió asta la gran isla.

El chico de sudadera roja y barba de unos dias, dijo para si mismo mientras corria —. ¡Vegetta lo conocía más que nadie, él debe tener esto!

El chico corrió asta estar arriba, donde las torretas le empezaron a atacar, creando heridas por todo su cuerpo.

—¡Vegetta! ¡Vegetta abre! —grito protegiendose con el escudo, pero habían miles de torretas atacandole —. ¡Tengo que darte algo! ¡Es importante! ¡Quita las torretas! ¡Joder!

Pero el chico de ojos morados no le hizo caso, solo espero a que el muchacho se marchara. No quería recibir visitas ni miradas de pena.

—¡Tengo el teléfono de Rubius! ¡Se que lo conoces bien! ¡Necesito que lo desbloquees! —grito adolorido.

Entonces las torretas dejaron de atarle, y la gran puerta fue abierta, dejando ver al muchacho de ojos morados con una sudadera blanca que le venia grande, era la antigua sudadera del oso.

—Auron, entra —dijo con voz gruesa, Auron lo miro impresionado, nunca esperaba que eso ocurriera.

Asintió caminando asta el chico, una vez entro, la gran puerta automática se cerro tras él.

Miro a los ojos al oji morado, tenia un aura realmente deprimente.

Lo que susurra nuestro corazón. RUBEGETTA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora